Laura... él

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Así que se quedó unas horas despierto como siempre, velando el sueño de su amado mocoso estaba por ir a dormir cuando de pronto sintió como la respiración de su chico se volvía lenta y pausada quiso creer que eran como todas las veces anteriores cuando se agotaba demasiado. Pero a mitad de la madrugada sintió el peso totalmente en él, se despertó con cuidado creyendo que su pareja necesitaba tomar sus medicinas o un vaso de agua.

—¿Amor?— le llamó suavemente pero no hubo ninguna señal de su parte, movió un poco esperando que la horrible sensación en su boca solo fuera una mala pasada. Pero nada. No había respuesta, le llamó por todos los motes cariñosos que le puso a través de los años, pero no había resultados.

—Peter despierta. Amor... Por favor abre los ojos— entonces cae en cuenta que no había pulso alguno en el hombre, su calor corporal iba descendiendo, pero su pequeña sonrisa seguía ahí relajándose poco a poco con algo de rigidez, y eso fue lo que termino de romper a Logan, llorando amargamente se aferró al cuerpo sin vida de su esposo. Las lágrimas retenidas al fin fluían libres, con dolor y agonía grito el nombre del mutante en sus brazos.

—Amor, no, no, no ¡NO! ¡NO ME DEJES POR FAVOR!— Sus lágrimas empapaban al cuerpo inerte del amor de su vida. Vida que ya no quería sin el velocista, lloró lleno de dolor, llamando a la muerte para acompañar a su pequeño. Pero nada ocurría.

Dejando con cuidado el cuerpo de su amado en la cama acariciando sus mejillas con tristeza y sin dejar de derramar sus lágrimas besó a su esposo. Era tan hermoso aun muerto que le dolía tanto, sin perder tiempo marcó el número de su primogénita sin importarle la hora, sintiendo como le respondía tras el tercer pitido...

•••

Laura despertó a altas horas de la madrugada con el tono de llamada del móvil, sin dudarlo contesto al ver el nombre

—¿Papi?— pregunta pensando en Peter —¿hola, Papá?— dice con preocupación al escuchar una voz más grave pensando fugaz en Logan —no entiendo nada— contesta mientras se levanta de la cama buscando su ropa y demás, algo había pasado tanto que le dolía el pecho —voy para allá lo antes posible— apenas había entendido algo.

Su hija su pequeña Laura respondió confundiéndolo con Peter. Eso le dolió aún más, intento decirle la noticia sobre la muerte de su progenitor, pero las lágrimas no le dejaban hablar coherentemente —apresúrate y llama a tus hermanos— pidió antes de colgar y seguir lamentando su pérdida.

La hija mayor sale de su casa llamando a Daken pidiendo que llegara sólo y a Luna que se pusiera lo primero que viera por qué iba a pasar por ella para ir con sus padres. Manejaba un tanto desesperada y nerviosa, nunca en su vida había escuchado la voz de su padre tan rota, toma aire tratando de aclarar la mente —deprisa Luna— dice seria al verla apenas bajas las escaleras, normalmente le diría teñida por ser de pelo claro a comparación de su hermano y ella por el pelo oscuro, pero no tenía tiempo para bromas —Daken, hombre ¿Dónde estás?— espera a escuchar una voz más grave pero similar a la de su padre —¡Joder eres una tortuga, papá nos necesita! ¡Mierda iré por ti!— Le cuelga y mira a la rubia —Logan llamó, me preocupa, no entendí mucho, pero nos quiere allá.—

—Quizás esté en el hospital nuevamente— comentaba la castaña clara algo nerviosa, el rostro muy fino y delicado similar al de Logan, pero los gestos iguales al menor, sus ojos eran tan verdes como los de su padre, mira al frente durante todo el rato hasta que su hermana frena con brusquedad una calles después —¡sube, sube!— indica Luna al hombre de pelo oscuro y barba cerrada que decía ser su hermano.

Los hermanos llegan a la que fue su casa muchos años, el último en salir fue Laura, ahora se arrepentía había pasado algo y no estaba para auxiliar a su padre tan pronto como la necesitaba —¿Papá?— pronuncian con voz cortada ambas mujeres contrastando en tonalidades.

IN ANOTHER LIFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora