-Ahora, Señor Gotham si no le molesta...-hablo el delgado joven. Sonrío de forma encantadora y continúo apuntando su arma al hombre con barba atado a la silla.
-Para, si es dinero lo que deseas te lo daré...- el temblor en la voz del hombre era inminente.
-Vaya, eres muy amable - sonrió travieso, con sed de más- Aunque hay una cosa. Quisiera la legendaria estrella zafiro, la estrella de merrow.
-Ah, eso... es una leyenda y sólo se encuentra en cuentos para niños, no existe.
El delgado joven bajo la pistola y miro alrededor del frío y lúgubre cuarto.
-Todo el trabajo para preparar este apropiado escenario, hasta te dí un asiento especial... me siento decepcionado.-
Normalmente, Gotham era la persona despiadada que ataba a sus investigaciones en la silla, pero esta vez era al contrario.
El joven, que suponía ser su experimento, tenía una pistola en mano y jugaba con los bisturís que estaban cerca.
La verdad estaba entretenido, y por primera vez en años su cabello rubio brillante combinó con su ahora iluminado rostro. Aunque su ropa era vieja y desgastada, sus dedos así como su forma de caminar era de un joven refinado.
El joven daba vueltas alrededor de Gotham verificando su presa antes de alzar nuevamente la pistola.
Otorgándole una perfecta sonrisa, que podía encantar a cualquier persona en un instante, hizo que antes los ojos de Gotham el joven pareciera el Dios de la muerte.
-Me temo que me debo retirar, señor. Es una pena que la "estrella merrow" no exista. Pero creo que usted tampoco la podrá ver.
Su dedo movió el gatillo.
-Es-Espera-. La decisión de Gotham de decirle, no fue por el miedo a la muerte, sino más bien al miedo del demonio que habitaba dentro del joven, que lo podría perseguir y atormentar después de su muerte.
-Supuestamente, los únicos que saben si existe o no esta estrella son la gente llamada "doctores de hadas". Después de todo, ellos tiene el don de comunicarse con las hadas y ellas tienen la clave del misterio...--¿Doctores de hadas? ¿No hay un montón de sospechosos farsantes en Londres?-
-Hay muy pocos verderos doctores de hadas. Se dice que todavía hay alguien en Escocia o Gales, pero son muy viejos y tienen un pie en el cajón. Es natural. Sólo las únicas personas que creen en hadas son niños.
-Pero estás diciendo que esos doctores de hadas, ¿existen?.- Miro al hombre en la silla casi con burla, ante tal ridiculez.
-Si, ellos son quiénes más sabrían acerca de los merrow, los pixies o selkies...
-Y, ¿Quienes son los indicado para encontrar el tesoro? Tú dices que todos son viejos, pero estamos hablando de ti... No hay duda, encontraste a alguien que lograrás usar, ¿no?.
Gotham se rinde, no hay duda que el joven ha visto a través de él.
-Si, encontré a uno. En un pueblo cerca de Edimburgo, Escocia.
El joven escuchó con una generosa expresión, como si estuviera escuchando sobre un amor desconocido. El bajo lentamente la pistola y Gotham respiró con alivio. Pero, en un instante, el sonido de una bala dejo todo en silencio.
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El Conde Y El Hada. LIBRO 1
RomansaLydia puede ver a las hadas y también puede comunicarse con ellas. Para encontrarse con su padre en Londres sube a un barco e inesperadamente aparece un joven que dice haber sido raptado y que necesita de Lydia para recuperar la "noble espada". Por...