Capítulo 5.

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1952

Cuando los pies de Lilith sacaron cayos por tanto correr en cualquier tipo de suelo, estaba harta de huír y que siempre algo saliera mal.

Recordó que todo empezó por aquél ser Alexander, ¿así se llamaba?, tal vez era su culpa y Lilith no tendría nada que ver de aquél asunto.

La niña sólo quería dejar de correr, y cuando se perdió en un bosque se quedó dormida, llorando, bajo un árbol.

—Así que aquí estás, otra vez, ¿quién lo diría?

Lilith abrió los, hinchados, ojos, estaba sorprendida, ¿era real aquello?

—He vuelto porque me has llamado, ¿tan rápido has huído, Lilith?

Una historia para niños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora