1451
Comenzó a ahogarse.
Lilith, quien se quedaba tan rápido sin oxígeno, tuvo que apoyar sus manos en el pavimento para quitarse, a arcadas, lo que tenía en su garganta. Era algo que había aprendido en la escuela -o eso quería pretender-. Un pedazo de comida roja, posiblemente frutilla, cayó al suelo asqueando a la niña.
—¡La rarita vomitó!
—¡Que asco, vomitó sangre, es una bruja!
Y las niñas que la molestaban salieron despavoridas hacia el lado contrario a Lilith. No era la primera vez el hecho que la molestaran, pero sí que huyeron de ella
—Tranquila, estoy aquí contigo.
—Aún no sé tu nombre. —responde la niña, recelosa, comenzando a caminar.
—Soy Alexander.
—Que nombre más raro.
—Como si Lilith fuera normal —ataca con asco el niño.
—¡Bruja!, ¿con quien hablas? ¿Demonios?
Lilith siguió caminando evitando los comentarios -y hasta algunas veces ignorando los papeles que le tiraban. Los niños se acercaron a ella, rodeándola.
—¿De qué te vas a disfrazar? ¿De la bruja que eres?
—No.
—¿Y de qué? ¡Seguro de la bebé llorona que eres!
—¡No!
Y comenzaron a arder formando un círculo de fuego alrededor de ella, Alexander, quien no se había marchado de ahí, atravesó el caluroso "anillo" haciendo una puerta.
Lilith, por un segundo, juró que él tenía cuernos de cabra y ojos completamente vacíos.
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Una historia para niños.
ParanormalLos ritos a Lucifer son muy comunes por estas fechas, las brujas hacen el llamado de los demonios. Mientras niños y niñas se disfrazan para ahuyentarlos.