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Llegó el día que menos esperaba.

Kun yacía en el ataúd con una rosa blanca en el centro, sola.

El cementerio estaba desierto, exceptuando por la agonizante alma que acompañaba al difunto en su trayectoria a lo desconocido.

Jaehyun solo se dedico a llorar. No le importo el hecho de que nadie lo haya acompañado en este fatídico día, siempre estuvieron los dos solos, nada cambiará ese echo. Ni la muerte del ser más querido.

Las horas pasaron y Jaehyun seguía enfrente de la tumba de su difunto amor, hasta que en contra de su voluntad lo desalojaron del lugar debido a que ya estaba cayendo la noche y con ella el frío.

Ese frío que ahora nadie podría quitar.

Al llegar a su hogar, se dirigió directamente a su habitación.

Y nuevamente comenzó a llorar rogando para que el tiempo retrocediera y tener un poco más de momentos junto a él, rogando tener la presencia de Kun en el helado departamento.

Mirando a la nada dentro del cuarto, soltó palabras con sabor a lágrimas al aire, esperando que las oraciones llegaran a la persona correcta:

"Kun, no pude salvarte, todo esto es mi culpa, de verdad lo siento, perdóname ¿Recuerdas esa vez que me hiciste prometerte volver a amar luego de tu partida? Lo siento de nuevo, no podre cumplir tu promesa. No podre volver a amar"

addio amore | jaekunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora