un día, como siempre, como nunca

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Saturno

Abro los ojos con el sonido de la primera alarma, siento algo de dolor en el cuello, quizá una contractura por anoche, tengo que dejar de quedarme tan tarde despiertay así poder evitar quedarme dormida en cualquier lugar antes de venir a la cama semiconsciente por la madrugada. Me gustaría poder volver a dormir un poco para descansar en una posición correcta, pero, como siempre, aunque sé que podría recostarme por cinco minutos sin problema, no lo hago; en lugar de eso tomo mi teléfono y selecciono una canción de la nueva lista que estoy creando, con las canciones que escucho más frecuentemente y de las que realmente conozco la letra; no sé por qué tengo tantas canciones desconocidas guardadas, pero me gusta pensar que algún día las escucharé y quizá hasta llegue a cantarlas con su letra. Ordeno la fila de las siguientes canciones en un orden que me agrade para el día de hoy hasta que suena mi segunda alarma; con la música sonando de fondo comienzo a vestirme para el día de hoy, cuando termino suena la siguiente alarma y sé que es tiempo de hacer mi desayuno, decido no hacer nada complicado porque la noche de ayer me dejó agotada, tengo que dejar de tomar turnos extras o gestionar mejor mi tiempo libre, lo decidiré después. Me siento tranquilamente a desayunar mientras leo mi libro en silencio, la música será para el camino. Cuando termino, me doy cuenta de que aún me quedan unos cuantos minutos más antes de la siguiente alarma y me desafío a terminar el capítulo antes de que pase, me encanta comenzar un capítulo nuevo cuando me siento en el tren. Finalmente suena mi siguiente alarma y vuelvo a mi dormitorio para decidir si hago algún cambio en mi cabello antes de irme, pero no tengo la suficiente fuerza de voluntad, además, se ve bastante aceptable para mi gusto, reviso mi maleta a ver si guardé todo lo necesario, luego de corroborarlo con mi lista, coloco por encima mi libro y un cilindro con agua para que sean fácilmente accesibles, y entonces me voy . 

A veces me pregunto por qué decidí construir mi rutina de esta manera, poniéndome en camino a un tiempo que me hace llegar una hora antes de mi hora de entrada al trabajo, pero supongo que realmente no hay una explicación para ese tipo de manías personales, además, me gusta saber que si algo sale mal aún tengo tiempo de resolverlo y todavía llegar razonablemente temprano; también me gusta tomarme el tiempo para aprovechar la paz de apreciar las mismas cosas siempre, es, de alguna manera, tranquilizante; camino con el ritmo de la música, o lo que yo creo que es el ritmo de la música, porque mis habilidades para comprender la música son ineistentes; mientras camino y veo los mismos cristales en las mismas tiendas, huelo el aroma que emana de la panadería como diario, y realmente no pienso en nada, simplemente me dejo llevar por la monótona tarea de llegar a la estación y me concentro en la música, en lo simple y familiar que suena, lo bien que está todo hasta; al menos hasta que me percato de que una de las tiendas está cerrada, lo cual es extraño, porque el dueño siempre ha sido bastante puntual, además no es normal que se cambien los horarios de apertura, y, de ser así, debería haber una advertencia, pero, en cambio, ahora más cerca, me doy cuenta de que ya solo hay un muro de tablaroca en donde solía estar la pastelería con el escaparante que mejor te permitía verte cuando ibas caminando; no entiendo por qué la quitarían, es cierto que pocas veces había visto que tuvieran clientes, pero supuse que sería solo por el horario, y nunca compré ahí, pero ¿Y si un día quería hacerlo? Me gustaría seguir teniendo esa oportunidad. Mi día definitivamente ha dejado de estar bien. En este momento me doy cuenta de que es por esto que me tomo una hora extra para llegar a trabajar, creo que el impacto de ver un cambio de tal magnitud en mi rutina me pega de manera considerable, porque no sé cuánto tiempo he pasado mirando la lisa pared negra, pero sé que ha sido lo suficiente como para resultar molesto o cuando menos curioso, lo suficiente para que alguien se me aproxime y me pregunte

— ¿Hay algún problema señorita? 

La repentina conciencia de que he estado mirando fijamente hacia una pared me deja en blanco

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora