Cap 9: Recuerdos del pasado

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Hallo. 6:30 de la tarde. El día está a punto de acabar, pues en este pueblo oscurece a las 7 y amanece a las 6 am. Me encanta esta casa, la cual decoré yo misma con grandes y valuosos muebles, aunque el toque especial le da la madera. Le da un toque elegante y refinado, al igual que mi vestido color rojo pasión de Valentino a mi imagen.

Me observo en el espejo antes de pasear a mi pequeño tesoro, Rafty, una pequeña chihuahua. Recuerdo adoptarle en Nueva Orleans hace 10 años. Hemos pasado mucho juntas, y lo curioso es que si hubiera llegado un día tarde la hubieran sacrificado. 

-Diondra, tienes 59 años pero sigues estando estupenda- Me digo a mí misma delante de un gran espejo, en el cual me reflejo distinguidamente.

El precioso vestido de seda me llega hasta las rodillas y cubre completamente mis brazos. Me encanta Valentino tanto como diseñador como amigo, es un placer conocerle. Mi cabellera rubia ha perdido un poco de color en estos últimos años pero aún permanece la esencia. Sobretodo me encanta su forma voluminosa muy similar a la que lució la encantadora Jessica Lange en la icónica "Frances" y aunque en el cuerpo tenga alguna arruga o várice la belleza sigue allí. Soy esa clase de mujer que no prefiere el maquillaje a la esencia, pero aún así me pongo pintalabios carmesí, solo por la elegancia.

Antes de salir me sirvo una copa de vino Château Mont-Redon. O 2... Más bien 3. Cojo un bolso negro y por fin salgo a dar un largo paseo con mi  Rafty. 

Me dirijo  al paque y tras largos minutos me adentro en el bosque con ella. A mi no me dan miedo los demonios, almenos no esa monstruosa e imcomplendida criatura. No es rival para mí.

De repente me encuentro con David, quién  curiosamente pasea a su Lassie. Siento mucha lástima por ese chico. Nadie comprende el dolor de las personas excepto aquellas que han sufrido tanto como tú. Unas grandes ojeras cubren su rostro,  y una leve cojera deja al descubierto su mal estado:

-¿Se puede saber qué te ha pasado, pequeño?- Le digo enfadada al no cuidarse

- Nada. Me, me, me... caí. ¡Eso es! Tropecé y me torcí el tobillo- Dice él intentando poner una excusa. Se debe creer que soy idiota

-A mi no me mientas David, no soy tu madre. Sé que esos chicos te pegan y te humillan. Eso está mal, pero en parte  lo tienes merecido. La venganza nunca es buena, al final siempre acabas sufriendo.

-¿A qué te refieres?

-A mi nadie me engaña. Pero no temas, yo te protegeré. No puedo soportar la violencia... La Odio. Dentro de poco serán las 8. Deberias irte ya a casa. 

-Gracias Diondra. Y encantado de volverte a ver. ¡Qué tengas una buena noche!

-Ve con Dios pequeño y vigila como usas la... magia. Aveces puedes salir perdiendo tú- le digo confiando en que no haga más tonterias. Es un buen chico pero se deja guiar por la venganza y me da miedo que haga una locura y acabe con su vida. Espero que sea tan fuerte como aparenta porque pronto todo será aún más negro.

Continuo mi camino y arribo a la parte rica del pueblo. Veo una tontería esto de dividirnos entre ricos y pobres ¡ Cuánto daño ha hecho este gobierno de mierda!

Paseo por las amplias y limpias callesde esta parte y encuentro lujos extraviados. En la otra parte  todo está lleno de suciedad. No viven como ratas pero así les tratan. De repente el gran campanario de la iglésia resuena y multitud de gritos de desesperación se pueden escuchar en la lejanía. Prefiero alejarme.

Paso delante de mi casa, pero decido pasar de largo. Continúo caminando en la soledad de la noche acompañada por mi pequeña amiga. De repente la encuentra a ella, y veo mi oportunidad de presentarme a la tercera de los cuatro.

Leyenda Urbana: En lo profundo del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora