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Podía apreciar la luna desde mi punto de reposo. Podía sentir una premonición a lo que sucedería a continuación.

Escuché sus llaves caer contra el vidrio de la mesa de la sala. Todo se hacia cada vez más frío. Respiraba mientras podía, y aquella sensación de 'nauseas' me invadían al igual que escalofríos en mi cuerpo.

No hacía falta huir...

«Miré, a través del pequeño espacio entre la puerta y el suelo, la luz encenderse»

No hace falta huir porque es como escapar de lo que está sujeto al brazo y sin poder zafarse. Huir en donde no hay salida.

Los pasos se oían cada vez más cerca. Me levanté del suelo rodee la cama para quedar cerca de la ventana, miré de nuevo la luna...

-Te pido que esto termine algún día, solo eso...

Inevitable dos lágrimas corrieron. Las aparté rápidamente.

La puerta se abrió, y con el reflejo de la luz de afuera y la oscuridad de la habitación en que me encontraba, me dejó ver a una figura de color negro tambalearse, y me preguntó:

- ¿Donde está Marina?

El enfermo olor alcohol fue agudo. Me mareó y aumentaron las nauseas de hace poco. Dude en responder. Cualquier minúsculo movimiento o acción alguna, me daría una desventaja estúpidamente innecesaria, porque esto pasará aún si mi protesta es más fuerte.

«...y en el grito más fuerte nadie te escucha»

- ¡Contesta! -gritó tambaleándose aún más.

«Irónico ¿no? Él, estando bajo la influencia del alcohol, persiste. Yo, estando en mis cinco sentidos, me abrazo a mí misma por el temor que me paraliza, sin poder hacer nada.»

- Está trabajando -logré decir. El temor estaba corriendo sobre mi espalda.

- Bien - rió.- Quítate la ropa - me apuntó. Automáticamente las lágrimas comenzaron a emerger.

- No, no por favor...

Tenía una esperanza, algún acontecimiento que me librara de mi pesadilla. Algún súper héroe que me rescatara y me prometiera que nada me pasaría. Algún milagro que detuviera el tiempo y que acabara con esto, luego que me transportara a otra vida, otras personas, otro ambiente, otros...

«Eso no pasará, ¿o sí? Sólo son puras esperanzas que mañana se desvanecerán, haciendo mas miserable la vida, convirtiéndose en un ciclo continuo: Esperanzas. Se van a la mierda. Vida miserable. Otra vez esto. Esperanzas... »

- ¡Quítate de una maldita vez la puta ropa o no quieres que lo haga yo, y te la arranque por quedarte ahí parada como tonta!

«...hoy no es el día de milagros cumplidos».

No, no quería. No y ¡no! ¿Debía hacerlo? No, claro que no. Pero no quiero que me...

- ¡Ya me cansaste!

Se acercó a mi con toda la brusquedad. Arrancó de mí toda mi camisa haciendo que los botones cayeran al suelo. Me clavó sus uñas en mi brazos y me arrojó contra el colchón.

- N-o. No... ¡No! - me costaba hablar.

- Oh, claro que si.

Estaba sobre mi. Mis nervios estaban al colapso. Me despojó de mi pantalón, quedando solo en ropa interior. Intenté levantarme pero su peso era mucho mayor.

- ¡Basta! Por favor, basta.

Lloraba aún más. Fallando en nos intentos de zafarme. Colocaba mis manos en su pecho para evitar que me besara el cuello. Pero él sujetó mis manos a cada lado contra la cama, imposibilitando mi huida.

Puertas a la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora