Conociéndonos.

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Luhan, un joven universitario de 23 años, es un muchacho que añora conocer el verdadero amor, puede sonar un tanto tonto a su edad, pero él todavía tiene aquella ilusión.

En la actualidad se encuentra en su último semestre y dentro de un mes se graduará de la escuela de derecho, es uno de los mejores alumnos de la Universidad y por ello ha obtenido un contrato con la más importante y prestigiosa firma de abogados en Corea "J&J FIRME"

Podrían pensar que es un aburrido muchacho soñador y nerd, pero no, a él le gusta mucho divertirse a lo grande, ya que como todo joven necesita una distracción, por ello, aquel día, uno de sus amigos le invitó a una fiesta realizada por el consejo estudiantil de la universidad, para los próximos egresados, cuya invitación se extendía a todos los egresados.

Siendo sincero, en un principio tuvo mucha pereza asistir, sin embargo, tras pensarlo bien no le caería mal un poco de distracción, y quién sabe, pueda encontrar lo que tanto anda buscando, sí, efectivamente, el amor.

Y allí se encontraba Luhan, sentado en un sillón cerca de la chimenea del salón, viendo como muchos jóvenes bailaban sensualmente restregándose a sus acompañantes, algunos iban hacia los rincones para besarse, casi, casi, teniendo sexo allí mismo, ¡Dios! Estos chicos de ahora fue lo que pensó el ciervo.

Hubo un momento en el que Luhan comenzó a reír como loco, ¿El motivo? Sí claro, lo hizo al ver como un muchacho le reclamaba a su novio por haber estado bailando extremadamente cerca con otro chico, pero eso no fue todo, sino que, lo más gracioso fue cuando éste ya no se aguantó más y vomitó todo encima de su novio, que quedó hecho un asco.

Los minutos iban y venían, las personas entraban y salían, y, como si hubiera sido cosa del destino, ¡NO!, como si hubiera sido cosa de la vida, el ciervo, se quedó embobado al posar toda su atención a un chico en especial, el cual se encontraba a unos cuántos centímetros de distancia, mirándolo y sonriéndole.

Aquel joven era hermoso, muy, muy hermoso ante sus ojos, así que como tonto le devolvió la sonrisa parándose de inmediato al ver como aquel caminaba en su dirección, el contacto "visual" el ciervo no se despegó de los del contrario en ningún momento.

¿Cosas del destino? Sí, cosas del destino, porque, estoy seguro que él, es el indicado aquello pensó el ciervo, casi desmayándose al ver como el muchacho se encontraba cada vez más y más cerca.

Pero, grande fue su sorpresa cuando éste pasó de largo por su costado, ¿¡QUÉ!? El ciervo casi grita allí mismo preguntándose qué carajos pasó, por ello volteo con toda la intención de detener aquel muchacho, pero, al hacerlo vio como aquel saludaba tiernamente a Sohee, quién se encontraba detrás de él, ¿Qué si la conocía? Obvio que la conocía porque compartían una clase juntos, pero, ocasionalmente se hablaban ya que la muchacha tenía un carácter un tanto "especial".

Por ello, así como se paró disimuladamente se sentó, aquel muchacho estaba sentado a su espalda y la chica a su frente, coincidentemente, "sin querer", empezó a escuchar parte de su conversación.

-Oppa, lo amo, y me trató como una miserable y rastrera.- la muchacha sollozaba tratando de calmarse para que la entendiera.

-Muchas veces te dije que él es alguien que no vale la pena y tampoco vale que gastes ninguna de tus lágrimas.- Aquel joven trataba de calmarla.

-¡Es que tú no entiendes!, él me juró que no tenía nada con ella y en la tarde lo vi con esa perra, que dice ser mi amiga, ¡No lo soporto, oppa! ¡Ambos me traicionaron, me duele mucho!- La muchacha rompió nuevamente en llanto.

-Maldito, meterse con la mejor amiga de su novia, ¡infeliz!- Comentaba Luhan con una voz casi inaudible mientras escuchaba la conversación detrás de él.

BAOZI DE MI CORAZÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora