25: Brillo

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- Jino - susurro contra el oído del menor - Despierta.

Esta vez el mayor procuro revolver su cabello con suavidad, temiendo que reaccione de manera violenta y sepa Dios que le hará esta vez. SungHee observaba intrigada desde el marco de la puerta, su hijo era tan impredecible que a veces le daba miedo, un rato estaba feliz, después se alborotaba y su hiperactividad subía una monstruosidad, después se deprimía por cualquier cosa y lloraba desconsoladamente y por ultimo se enojaba hasta porque la mosca vuela. Realmente admiraba la paciencia que HongSeok tenía con su bebé.

- Tenemos que irnos, tengo un lugar especial que quiero mostrarte - decía como si el menor estuviera despierto.

-¿No pensaras llevarlo a un Motel, verdad? - intervino SungHee empujando la puerta de par en par, el pobre de Seok vio su vida pasar por delante como un flash.

- ¿Qué? ¡Noooo! - grito con pánico, podría haber sido un cerdo en el pasado pero ahora que conoció a JinHo por nada en el mundo se le ocurriría dañarlo.

- Solo bromeaba - SungHee le dedico una sonrisa burlona - Despiertalo, se les hará tarde.

- Mejor usted, yo... le tengo algo de miedo - dijo entrecortado, se había puesto tan nervioso que necesitaba salir un momento a tomar un poco de aire para no pensar en cosas de las que luego se arrepentiría.

- Espera en la sala ¿Si? Lo llevo en un minuto.



[...]




- Tengo hambre - un JinHo malhumorado gruñía con molestia, prácticamente lo habían botado de la cama para obligarlo a caminar.

- Te comprare algo más adelante - HongSeok mantenía una distancia prudente, el menor estaba que hechaba humos por la cabeza y la verdad es que el si quería llegar sano a su destino.

- No quiero.

- ¿Ni siquiera un helado? - JinHo negó enojado, como que si nunca hubieran nombrado su postre favorito.

- No - El ceño fruncido que llevaba el menor le decía que por nada del mundo se acerque, demasiado peligroso.

- B-bueno pues... ya mismo llegamos al edificio y veras como te regresa el hambre.

HongSeok tenía planeado este día desde hace mucho tiempo, sabía que el castaño era muy apegado a los animales que se dejan tocar, muchos otros eran muy ariscos y salvajes. Además, así podía aprovechar la posible distracción del menor para inmiscuirse en su pequeño corazón y que no pueda vivir sin que el este a su lado.

Nunca se había considerado una persona que llegue a gustar de otra del mismo género, en todas las citas, salidas y fiestas que había tenido sus compañías siempre habían sido chicas con esbelto cuerpo, largo cabello de cualquier variedad de color y que solo busquen un buen revolcón por una noche. Si su pasado había sido muy oscuro y la verdad le daba mucho asco la persona que era antes.

Después llegó su hermano de otra madre a sacarlo de esa vida, ChangGu se encargó de borrar cada una de las marcas que tenía impregnandas en el fondo de su alma para luego convertirlo en lo que era ahora, un buen muchacho que odia a sus padres con todas sus fuerzas y que no le importa lo que pase con ellos. Ellos se encargaban de que su vida se tan monótona, aburrida y llena de obligaciones las cuales no le interesaban cumplir en lo más mínimo, por eso siempre trata de evitarlos y de desobedecer cualquier orden absurda que le den.

- Hyung, en serio me estoy cansado y estoy a punto de dejarlo aquí solo y regresar a la comodidad de mi cama.

... y después llegó su pequeño gruñón, si, su pequeño gruñón.

Dulce Inocencia (JinHongSeok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora