San

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- ¡Hyung, cuidado! - gritó Choi San -

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- ¡Hyung, cuidado! - gritó Choi San -

Hongjoong lo miró extrañado al sentir un tirón en sus brazos, segundos más tardes comprendió el porqué. Ambos se hallaban en el almacén de la empresa haciendo algo de limpieza, las cajas que se encontraban en lo alto de la estantería amenazaban con caerse

Y así lo hicieron. El pelirrojo le estrujó en sus brazos una vez lo hubo alejado de la zona, el líder podía ser muy descuidado en ocasiones

- Por dios, ten más cuidado - le regañó - ¿Qué hubiera pasado si esas cajas hubieran estado llenas?

El aludido asintió y apretó la camisa del contrario. Tenía sus manos posadas en el pecho del menor mientras que este cubría sus hombros y cintura 

- Si, lo siento - suspiró - Perdón, tenía la mente en otro sitio

San le vio fijamente

- ¿En dónde? - ladeó la cabeza curioso - Quiero saber

El más bajo se quedó pensativo

- Mejor te cuento más tarde - sonrió - No es por ser borde pero, ¿Piensas tenerme abrazado por mucho tiempo?

- Bueno, ahora que lo dices... - sacó su lengua - ¡Sí, por idiota!

- Respeta a tus mayores - respondió bromeando e imitando el gesto - El único idiota eres tú 

- Rispiti i tis miyiris - replicó con una cara graciosa, haciendo reír al castaño - 

- ¡Yah, San-ah! - le pegó sin fuerza alguna -

El pelirrojo simplemente siguió riendo mientras escondía su cabeza en el cuello del mayor. Inspiró poco a poco su aroma

- Hyung, hueles muy bien - pensó en alto -

- ¿Gracias? - acarició su melena -

- Demasiado bien - susurró -

San apretó el agarre inconscientemente al intentar concentrarse en el olor que desprendía su compañero. Hongjoong, por otra parte, estaba algo nervioso

Su cuello siempre había sido uno de sus puntos débiles y tener al menor oliéndole y rozando sus labios contra él no ayudaba mucho. El más bajo llevó sus dos manitas a los brazos contrarios, apretando nuevamente la negra camiseta de Choi 

Se estremeció en cuanto notó la dureza que crecía en el chándal del pelirrojo 

- San... - le llamó -

Haciendo caso omiso del líder, sacó su lengua para recorrer el camino de su clavícula. Las grandes manos abandonaron la delgada cintura en orden de estrujar el trasero de su acompañante

El pequeño tembló en el sitio, no faltó mucho para que un jadeo se escapase por su boca. Avergonzándole en demasía e interrumpiendo las acciones de San

Love Harem (Hongjoong x Ateez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora