¿Recuerdas cómo los cerezos caen tan fácilmente de los árboles? así de frágil es nuestro amor. ¿Recuerdas a todos esos dioses invencibles? así de fuerte es nuestro amor.
----Te amaré por siempre, Shin Ryujin.
----- Lo mismo digo, Choi Yeonjun.
Abría mis ojos lentamente, mientras divisaba una luz qué chocaba fuertemente contra mis ojos, maldita sea, estaba en la enfermería, podía ver dos figuras femeninas, al ir recuperando mi visión un poco mejor pude divisar 2 figuras femeninas, una de ellas era Yeji, y la otra parecía ser la enfermera del lugar, me empezaba a cansar ir tan seguido a ese lugar, y es qué en este momento, el pasado me cobraba cuenta de las heridas qué nunca sanaron, más qué todo las internas, una gran punzada en mi pecho me distrajo de mis pensamientos, la enfermera se encargó de colocar en mis manos una pastilla y un vaso de agua, los cuales tomé inmediatamente.
--- Es unos minutos sus dolores pasarán señorita Shin.
Si claro, siempre dicen lo mismo.
En el momento donde comencé a recobrar la memoria, y recordaba porqué había llegado acá, no entiendo nada, ¿me desmayé? cómo pudo ser posible, me imaginaba en los brazos de Yeonjun en este preciso momento, me senté en la camilla, acto seguido suspiré y me levanté, agradecí a la enfermera con una reverencia y tomé la mano de Yeji, para salir rápido de ahí.
--- ¿Qué fue exactamente lo qué me pasó?
Me miró confundida.
--- ¿No lo recuerdas?
La miré irónica.
--- Sí lo recordara, no te estaría preguntando.
Ella rió, yo la miré seria, no me causaba gracias qué el chico qué me gustaba me haya dicho qué me amaba, dudaba mucho qué eso hubiera pasado, aunque dentro de mí, las esperanzas de qué enserio haya pasado.
--- Pues, te les alzaste cuando nos insultaron y Yuna te golpeó, me sorprendí cuando Yeonjun te insultó mientras ella te golpeaba, no puedo entender cómo aún te puede gustar ese chico.
Yeonjun, ¿Mi Yeonjun? no, no lo puedo creer, no puedo creer qué aquel adorable y hermoso chico qué en la infancia me adoraba estuviera bulleandome, es, simplemente increíble, todo lo qué vi, ¿fue sólo un sueño?, seguí caminando, con mi cabeza baja ,no quería saber nada de nadie en ese momento, mientras otros chicos querrían vengarse de sus agresores e irse a casa a planear cómo ''destruirían'' salvaje y terriblemente su vida, yo solamente quería ver a Yeonjun, mi hermoso y querido niño, el cuál sabía qué en el interior, seguía siendo el cálido y amoroso chico del qué me enamoré.
Yeji me había prestado un abrigo negro con las letras ''Neverland'' escritas en la parte de al frente de este, me coloqué la capucha y tapé levemente mi rostro con esta, saqué un tapabocas e igual me lo coloqué, podía escuchar burlas, pero no les prestaba atención, muchas veces me di a conocer cómo otra de las chicas víctimas de ''Los populares'' de la escuela, y maldita sea, ya estaba cansada.
Sonreí a Yeji antes de entrar al salón, debido a qué nuestros pupitres quedaban algo lejos, pero una de las cosas buenas de aquel estúpido y aburrido salón, no lo digo porqué me vaya mal en la escuela, de hecho era una de las mejores alumnas de toda la escuela, sólo me estresa saber qué todos los día tendré qué sufrir humillaciones del amor de mi vida, ¿Típico no?. Cómo decía, lo único minimamente bueno en aquel salón, era qué Yeonjun se sentaba a mi lado, y Yuna despreciaba eso, Ryujin 1- Yuna 100, no me da la delantera, pero algo es algo.
-- Good Morning, Class.
Replicó el profesor seriamente entrando al salón, dejando su maletín en su mesón para comenzar a escribir la clase en la pizarra.
---Good Morning, Teacher.
Respondimos rápidamente al unísono sacando la libreta y comenzando a escribir en esta.
Una hora, dos horas, tres horas, cuatro horas, cinco horas.Muchas clases y ni un solo receso. Pareció una eternidad, por fin la clase había terminado y pude recoger mis cosas para salir de ahí, no logre divisar a nadie en el salón. Espera, ahí estaba él, tan hermoso cómo siempre, tomó su bolso y comenzó a caminar, aparté mi vista de él y tomé mi mochila para salir caminando del salón, antes de poder salir, él tomó mi mano, su tacto era tan suave, cálido y acobijante, su mano era grande y fuerte, a comparación de la mía, pequeña y delicada.
-- Tú y yo debemos hablar.
Me dijo, frío y seco cómo siempre, antes de soltarme y marcharse. No especificó hora, ni lugar, sólo se fue y ya.
Salí de la escuela, en busca de Yeji y su compañía, la necesitaba más qué nunca, le conté lo qué me pasó a medida qué íbamos caminando a mi casa, me sentía increíble, emocionada, y a la vez nerviosa y estúpidamente crédula, ya qué creía qué las cosas cambiarían, qué el me diría qué todo sería cómo antes y qué todo cambiaría..
¿Qué estúpida no?
Mientras Yeji hablaba con su madre y negociaba quedarse a dormir conmigo esta noche, yo me duché, me cambié y miré por la ventana, de seguro mi dulce Yeonjun estaría pensando en mi, soy increíblemente crédula, ilusa y tonta, pero igual tengo la esperanza de qué todo cambie, y es qué siendo sinceros, ¿Quién no ha soñado con qué la persona qué te gusta te diga qué tú igual?
Mi teléfono vibró, al mismo tiempo qué el de Yeji, un mensaje, qué extraño.
¡Hey! has sido cordialmente invitado a mi fiesta, hoy a las 22:00.
;-Jennie Kim-;
Eran las 21:00, teníamos 1 hora, sí es qué iríamos, mi madre y mi abuela viajaron a la boda de mis tíos, lo cuál me dejaría con casa sola, lo qué significa qué tal vez podamos ir.
¿Y si el va?
Bien, hoy sería noche de Fiesta y Pijamada, qué suerte la mía.
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