"... Jimin, es el nombre de un joven quien viajaba todo el tiempo sin un lugar al cuál llamar hogar, Pero, en uno de estos días de todo podría pasar ¿Quién lo diría? El destino puede dar muchas vueltas..."
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• K...
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Iba caminando por la calle, en busca del dichoso pan mientras tarareaba una cancion la cual Juliana me la había contagiado ¡Es mala pero pero pegadiza!
Al dar la vuelta la esquina me encuentro con una señora ya mayor, como de unos 60 más o menos, tenía un problema con una cañería. Fui corriendo hasta dónde estaba ella.
-¿Necesita ayuda, señora?- le dije agitada, debería de hacer más actividad física.
-Si, porfavor- dijo realmente asustada por lo que ocurría.
Luego de un rato de haberla ayudado, y por ayudado me refiero a cerrar la llave y llamar a un plomero, me invitó a quedarme, nos presentamos y me dijo que su nombre era Mirtha pero luego recuerdo el motivo de mi salida que era ir a comprar el pan.
-Debo irme, mi madre me regañará por tardar tanto y aún debo comprar el pan- dije mientras me levantaba.
- Deja y te acompaño - me ha dicho mientras agarraba su cartera, que se encontraba encima del sillón de su sala- es lo mínimo que puedo hacer por ti.
-No es necesario- respondí- pero muchas gracias.
-Realmente me gustaría salir con alguien, paso todo el tiempo encerrada- dijo un poco avergonzada- ¿Podría esta pobre y solitaria vieja acompañarte?
Caminamos a la panadería más cercana, la cual para mi mala suerte se encontraba cerrada.
-Oh no -dije al verla- ¿Qué voy a hacer ahora?
-Hay otra panadería, pero se encuentra más lejos- me dijo mientras sacaba un papel cual parecía ser la dirección.
-No importa, vamos- dije pensando en la posibilidad de que me decapitarían si no llegaba con el pan.
En el transcurso del camino a la panadería, cual no se encontraba taan lejos (pero tampoco era cerca) la señora Mirtha me contó sobre su vida, de sus nietos, de su hija y su difunto marido.
-Si, y ella fue a vivir a otro lugar el cual queda bastante lejos, cuando nació su bebé ya hace 19 años -dijo medio triste pero con una sonrisa al contarme de su familia.
- ¿La suelen visitar? - pregunté, interesada en su historia.
-Si, y creo que pronto lo harán- dijo demasiado contenta, se notaba que amaba a su pequeña familia.
- Me gustaría conocerlos- dije amable.
Llegamos a la panadería, compramos el pan y volvimos a su casa, para luego, volver a mi aburrida rutina diaria.
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Holaaa ¿Les gustó el capítulo? ¡Espero que si!
•- Aclaraciones-•
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