Lo único que lograba captar los oídos de aquel chico era el ruido ensordecedor de la ambulancia y la policía, además de los gritos de muchas personas al rededor.
Todo estaba oscuro, y lo último que pasó por su mente antes de perder la conciencia fue aquella hermosa chica que ha sido dueña de sus pensamientos en estos últimos días de su vida.
Nunca creyó que acabaría así, la chica la cual le gustaba, llorando a su lado, un simple chico rubio con ojos soñadores y esperanzados.
Cuando este despertó no sabía dónde se encontraba, luego de unos segundos de aclarar la vista supuso que en donde estaba era una habitación de algún hospital.
Interrumpiendo sus pensamientos se oyó un suspiro y mirando a todos lados encontró a quien dormía plácidamente en una silla no muy cómoda, al lado de la camilla.
Aún así despeinada, con los ojos inchados de tango haber llorado y un rastro de baba a Paulo le pareció la chica más linda que jamás habían visto sus ojos.
La miró, sonrío y se preguntó, ¿Cómo hacia esa chica para gustarle tanto?
Luego de un largo rato observándola nota como esta se despierta y poco a poco abre esos maravillosos ojos café.
- Buenos días- dice Paulo con una gran sonrisa al ver como la chica inmediatamente lo mira, para luego saltar hacia él con alegría.
-¡Paulo! - exclama la chica, totalmente emocionada al ver que la causa de sus preocupaciones al fin había despertado de su sueño.
-Hola- dijo risueño el muchacho, contento de poder ver su sonrísa de nuevo.
- Me alegra que hayas despertado- dice Rocío, volviendose a sentar en la silla en la cual hace unos minutos dormía tan pacífica mente.
Le dolía el cuello como el demonio, pero no iba a ser capaz de decírselo, aquí de lo único del cual debían preocuparse los dos esta de la salud del contrario quien estuvo en riesgo.
Además de todo, ella no importaba, lo que enrealidad lo hacía era que no le cabía la emoción que sentía al ver que su chico que encontraba bien.
Se sonrojo ante el pensamiento tan posesivo hacia Paulo, pero que se le va a hacer, al corazón nadie lo manda, y esas palabras fueron sacadas de lo más profundo de su corazón.
- ¿Estas bien? Esa silla no se ve muy cómoda- dijo el chico con genuina preocupación en su rostro.
- Aish, idiota -dijo ella con una sonrisa boba y expresión molesta- ¡Yo soy la que debía de preguntarte eso!
- Lo siento, lo siento -dijo sonriendo y alzando los brazos en señal de rendición.
- Este chico... Me va a volver loca- murmuró ella, bostezando.
No había dormido muy bien por la incómodidad de la silla y Paulo parece haberlo notado.
-Ven -dijo haciéndoce un lado y palmeando la camilla.
-No es necesario- dijo ella con una risa nerviosa.
-Vamos, insisto- dijo Paulo con una sonrisa encantadora.
- Como decirte que no- murmuró la chica mientras se paraba de la silla para luego recortarse al borde de la camilla.
-Ven más hacia mi, hay mucho espacio- dijo Paulo, mientras reía al ver como la chica está más fuera que dentro de la camilla.
-Esta bien- dijo nerviosa, acercándose más y ladeando su cabeza como para poder observarle.
Sin percatarse que el chico se había dado la vuelta de costado como para poder observarle también, gracias a esa acción los dos quedaron muy cerca del otro, tanto que la respiración contraria chocaba con la propia, ambos mirando los labios ajenos solo pensando en lo bueno que sería probarlos tan solo un momento.
Ellos dos se encontraban en su burbuja, tanto que no se habían dado cuenta de la persona que había entrado a la habitación, hasta que se oyó un carraspeo.
Los dos tomaron distancia sonrojados, uno con una sonrisa ladina y la otra con mucha vergüenza, tanto que casi tapa su cara con sus manos, queriendo desaparecer.
- Así que despertó el bello durmiente- dijo Mirtha, sonriendoles- ¿Como te sientes?
-Me siento bien abuela, gracias- dijo Paulo, dulce como siempre.
-Lo siento por no estar aquí, fuí a casa a descansar un rato ya que Rocío se ofreció a acompañarte y vaya que si estuviste bien acompañado- dijo guiñando un ojo, lo que ocasionó que la chica se sonrojara aún más.
-Claro que si -dijo Paulo con una gran sonrisa mirando a la chica.
-Rocío, tu mamá llamó, si quieres puedes ir a casa, descansa un poco- dijo con una mirada enternecida- Paulo esta bien, dijo el médico que la operación fue exitosa y esta estable, no es necesario que vuelvas a quedarte todo el tiempo con él.
Ella realmente no quería dejar solo a Paulo, lo miró y este asintió con la cabeza como diciéndole que vaya y ella sin poder negarse más, aceptó.
-Bueno, pero cuídate mucho- dijo dirigiéndose a Paulo y dándole un beso en la mejilla.
-Vale, te lo prometo -dijo él con una gran sonrisa y un poco sorprendido.
-Vuelvo mañana Doña Mirtha, adiós- dijo Rocío saliendo de la habitación- Adiós Paulo.
-Adiós- murmuró Paulo viendo como la chica salía de la habitación.
-Se nota que Rocío te quiere mucho- dijo Mirtha para luego sentarse en la silla al lado de la camilla.
-Y yo la quiero a ella- dijo Paulo, con una sonrisa que nadie la va a sacar de su rostro, mirando hacia la dirección donde se había ido la chica cual era dueña de sus suspiros.
Hola a todos, aquí un nuevo episodio, hoy me sentí inspirada entonces dije ¿Porque no subir un capítulo?
•- Aclaraciones-•
Habitación en la que se encontraba Paulo.
Eso es todo, gracias por leer~
-RositaFresita🐝🍓-
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I'm Sorry, Baby.
Fanfiction"... Jimin, es el nombre de un joven quien viajaba todo el tiempo sin un lugar al cuál llamar hogar, Pero, en uno de estos días de todo podría pasar ¿Quién lo diría? El destino puede dar muchas vueltas..." _______________________________________ • K...