Capítulo 1

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Tres días antes de ser encerrado en donde el guapo Min.

—¡Jimin, Jimin!—gritaba un muchacho castaño mientras corría hacia el pelirojo con una gran sonrisa, de oreja a oreja. 

—¿Qué te sucede, escuincle mal hecho?—preguntó el mencionado mientras bajaba un poco sus lentes oscuros.—Estoy ocupado ahora.

—¿Ocupado? Sólo te veo comiendo moscas.—respondió cruzándose de brazos. 

—¿Ves esa sabrosura que está allí?—el menor asintió—Bueno, lo estoy marcando.—Jimin sonrió y mordió una de las patillas de los anteojos.

—¿Aquí es dónde comienza la operación "zorris", culo de marshmellow?

—Sí, TaeHyung, al parecer tienes cerebro... lástima que de seguro es la mitad.—bromeó el mayor.

—Espera... Pero ése es un policia, hyung...

—Debe tener una pistola fantástica. —murmuró Park, que para su mala suerte, el menor escuchó un poquito.

—¿Qué dijo?

—¿Que dije qué? 

—Ugh, nada... Vine aquí porque encontré algo extraño y quiero que vaya a verlo conmigo.—Tae hizo un pequeño puchero tratando de convencerlo.

—¿Qué encontraste? ¿Una nave alienígena? No te asustes si sale una señora y dice "vinimos en paz a buscar a un estúpido orejón de sonrisa rectangular", es tu mamá. 

—Pero qué chistoso, me estoy meando de la risa.—contestó el castaño con sarcasmo.— encontré a un chico que tiene cara de conejo, es tierno... y me cae bien. Quería presentártelo así haces nuevos amigos, ya que no tienes ninguno por perra fea y envidiosa, pero mira si se asusta y me deja.

—Respétame mocoso sucio, vete a jugar con tu pony que yo voy a hablar con mi esposo.—Jimin se levantó del pequeño asiento en el cuál se había hechado hace un tiempo 

—Si te llega a ver, de seguro dirá "qué hace éste estúpido con gafas de sol en pleno invierno".

—Y yo le contestaré que brilla demasiado y daña mis perfectos ojos.

—Eso es muy estúpido, dámelos.—TaeHyung extendió su mano para que el mayor le diera el accesorio inservible para ésta ocasión. 

—De seguro me quedan mejor que a ti y por eso quieres que te los entregue...—le dió las gafas y se trató de peinar con las manos.—Listo, envidiosa. Dame suerte.

—Ten cuidado, que no es bueno coquetearle a un policía.

—Nadie se resiste a los encantos del precioso Park, o sea yo, por si no sabías y eres tonto.—se señaló a sí mismo.

—Ojalá el policía te acomode las tuercas flojas.

—Ojalá el niño conejo te de una patada.—bufó el más grande.—Ahora, discúlpame, voy a alejar a las zorras esas que están hablando con mi policeman.—se despeinó un poco él mismo y se dirigió al policía que se encontraba vigilando en la esquina de la plaza en la que estaba.

Pelo negro, ojos azabache y tez casi lechosa. Justo como le gustan.

Ignorando el hecho que posee una piel extremadamente blanca parecido a un fantasma, está perfecto.

Dicen que los fantasmas y vampiros la tienen grande. ¿Esperen que?

Empujó con disimulo a las jóvenes que estaban charlando amistosamente con su presa y colocó sus pequeñas manos en los hombros del más alto.

Obviamente la mirada confusa del adverso no tardó en hacer presencia junto con la pregunta; 

—¿Qué necesita? ¿Sucedió algo?

Si el policia tan sólo supiese de que él fué quien se puso a rociar con pintura las espaldas de las vancas la última vez, no le estaría preguntando aquello.

Pero bueno, ése es otro tema bastante extraño. 

—¡Aquél extraño!—señaló a TaeHyung, quien estaba mirando desde lejos lo que su hyung hacía. —¡Robó mis gafas! ¡Haga algo!—chilló Jimin.

El alto no hizo nada más que caminar hasta Tae, acompañado de un Jimin sonriente.

—Disculpe...—comenzó a hablar el policía con un tono serio.— usted robó las gafas de éste hombre, por favor, devuélvalas.

TaeHyung, obviamente, dirigió su mirada a Jimin buscando alguna respuesta de porqué aquél chico venía a pedirle los anteojos, pero sólo recibió una sonrisa divertida y señas que le daban a enterder que no debía devolver el accesorio, así que, como el dongsaeng obediente que es, le negó al policía. 

—Sabe que si no las devuelve se meterá en problemas, ¿No?—preguntó el mayor.

Jimin gesticuló un "no" con la boca y TaeHyung volvió a negar.

—Bueno, ya se lo dije, ahora devuélvalas.—el azabache extendió su mano para que el joven le diera las gafas

—¡Devuélvelas!—chilló Jimin mientras le guiñaba el ojo a su amigo.

El policía estaba preguntándose qué mierda es lo que hacía en ésta situación, se supone que él debe estar atrapando a gente que robe de verdad, no hablándole a un niño que sostiene una gafa y no quiere entregárselas. Él quiere apuntarle a alguien con una pistola, esposar, llevar algo a la comisaría. Nunca le tocó un día en donde cosas así pasaran, él simplemente quiere acción. 

Pero bueno, hoy no se puede. 

Arrebató los anteojos de las manos del adverso y se las entregó al pelirrojo que estaba detrás de él. 

—Listo.—dijo el alto y comenzó a alejarse de los chicos.

Iba a volver a su puesto si tan sólo esa pequeña mano en su brazo no lo hubiese detenido.

—Espere, le quiero dar las gracias.—el pelirrojo le sonrió y se acercó con la intención de darle un pequeño beso en la mejilla.

"Alto ahí, loco" era lo que el policía quería gritarle, pero luego pensó; nunca nadie le dió un "premio" por hacer su deber. Ni siquiera el oficial Jung... así que, ¿Por qué no? Un beso no hace mal a nadie.

Por más que se vea extraño por ser dos hombres.

Sintió los esponjosos labios del más bajo sobre su mejilla y luego un fuerte apretón en su nalga derecha. 

—¿P-Pero qué mier...?

Si tan sólo el pelirrojo no se hubiera hechado a correr ya lo hubiese golpeado con la macana. 

Maldición Min, te tocaron una nalga. 

Min Police °°Yoonmin°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora