Min Police °°Yoonmin°°

Capítulo 4

Cuatro de la mañana y Jimin se preguntaba qué mierda hacía sentado en la comisaría, esperando a que su hombre dejase de hablar con aquél caballo plinaranja y gruñón que lo llamó. 

Esperaba al menos ser bien recibido.

Pero quién es bien recibido cuando al llegar, comienza a fingir gemidos.

Su pequeño amigo debía de estar preocupado, porque lo dejó tirado en medio de los arbustos y, para colmo, con gorrita, gafas y un lunar falso arriba cerca de la comisura labial.

Así todo un brayan.

Tenía planeado fingir que TaeHyung le robaba, pero al ver el cuello libre del policía no pudo contenerse y saltó a morderlo como todo un salvaje.

Pero bueno, ese ahora no es el caso. El caso es que ya tenía la mitad del culo entumecido por estar tanto tiempo sentado.

Min salió cabizbajo de la oficina del oficial Jung y se sentó en una silla, alejado de Park. 

El pelinaranja amargado miraba a Jimin como si estuviera por matarlo, y eso le ponía demasiado incómodo. 

¿Qué tenía de malo lo que hacía? Él sólo quería estar con su amado policeman y futuro esposo. 

—Park Jimin.. —le llamó el oficial amargado.—Ya debe saber el porqué usted está aquí ¿No es así?—continuó con el entrecejo fruncido. 

—No, no lo sé, recuérdemelo por favor.—contestó con una divertida sonrisa.

—Está bien.—el oficial suspiró.— trató de besar a un policía, manoseó sus partes y su trasero, soltó comentarios subidos de tono... gimió el nombre del oficial Min desde la ventanilla, dentro del vehículo. ¿Sabe que ésto no puede hacerse?

—No, no lo sabía. 

—Es una falta total de respeto, deberá estar encerrado hasta que se cumpla la multa.

—¿Cuántos días? Y... ¿Quién me vigilará?—preguntó Jimin, no es la primera vez que lo arrestan por cosas tontas y ya sabía las estrategias del oficial Jung, pero quería ver si lo que estaba pensando, era lo correcto. 

—Una semana entera, el Lunes a la mañana podrá retirarse, y el oficial Min estará a cargo de las celdas.

Bingo. 

Justo lo que quería. 

—Uf, con ese Papito rico vigilándome, déjeme ahí una eternidad. —dijo el esposado mientras se mordía el labio.

Min, quien estaba observando y escuchando todo desde una esquina, bajó la mirada mientras sus compañeros de trabajo soltaban silbidos y le codeaban para burlarse.

—Sigamos...—el pelinaranja aclaró su garganta.— Mordió el cuello de... ¿Cómo es que hizo eso? Cacheteó y robó un mechón de pelo del oficial Min... Cuando lo pusieron contra el vehículo para esposarlo, simuló gemidos. Dios, Park, ésto es mucho.—se quejó mientras rompía la lista que anteriormente Min le había pasado.— una semana y media, con la suma de 50 dólares. ¿Por qué se las agarra con Min?

—Mucho mejor.—Park volvió a sonreír— ¿Es que acaso no ve ese cuerpo de macho, de actor porno que tiene? Mhm~

—Llévenselo antes de que se ponga a gemir aquí y arme un escandalo—ordenó el oficial Jung.

Los policías que tenían por los hombros al jóven, lo llevaron a la celda que le correspondía. 

Park, antes de salir, le guiñó el ojo a Min. El oficial no supo cómo reaccionar a eso.

Todo hasta que un "¡Papito, te espero en mi celda!" se escuchó desde los pasillos. 

—Jefe, ¿Por qué me dejó a cargo de las celdas?—Min habló mientras hacía un pequeño puchero.

A veces el corazón del oficial Jung se derretía con gestos tiernos como esos, en especial si venían de Yoongi. 

—Park deberá controlarse si es que quiere salir.

Sin embargo, ésta vez no fué así. 

—P-Pero...

—Yoongi, ésta semana vigilas la celda de Park y es una orden.

—Jefe, no puedo, ¿acaso no vió de lo bestia que puede llegar a ser ese enano? ¿¡Y si me hace cosas raras!? 

—Yoongi, cálmate idiota. Sabes que para que las personas salgan de aquí, deben aprender a controlarse, siempre ha sido así, ¿y qué mejor manera de ponerte a ti como vigilante con un uniforme sin mangas? No creo que seas tan estúpido como para meterte en la celda de Park y darle tu culo. 

—Yo...No quiero... —lloriqueó el mayor. 

—No quieres, pero lo harás porque debes. —empujó al más bajo hacia la puerta de la pequeña oficina y lo sacó. —no se habla más del tema. 

—Jefe Jung... 

—Buena suerte, comisario. —interrumpió Jung y le cerró la puerta en la cara. 

Min suspiró cansado y bajó su mirada. 

¿En serio? ¿Un papelito doblado?  

Lo tomó y abrió para ver lo que decía. 

¿Necesitas condones o prefieres morirte por contraer SIDA, maricón? La celda de la frutilla es la última a la izquierda.  

No te duermas cerca de ahí, creo que la puerta está defectuosa. 

Atte: Jung Hobbie Genius. ︶︿︶

Algún día va a denunciarlo, lo jura.