Cap 1

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Además, también soy un "poco" extrovertida, más que todo con los hombres, me encanta jugar con ellos. Y me gusta beber mucho en la noche, así es que puede que termine con alguno de ellos toda la noche.

Pero eso terminó, debido a un suceso que dejé en mi pasado... ahora quiero encontrarme con mi familia, buscar trabajo, vivir "bien" la vida, mi nueva vida. Está claro que lo de salir a discotecas no lo voy a dejar, sólo voy a tratar de no ir todos los días que puedo, enloquecer tanto y acostarme con tantos hombres.

Ahora mismo estoy haciendo las maletas para tomar un vuelo a Noruega para poder ver al fin a mi familia. Ya dejé a mi pequeño Trusef en casa de una amiga en la que confiaba sin dudar. Cuando iva saliendo del departamento le mandé un mensaje a mi madre de que estaba en camino.

...

Ya en casa de mi madre me dispuse a saludar a todos: abuelos, tíos, tías, mi hermoso primito, etc. Para pasar más tiempo con mi primo, que es un amor, nos fuimos al parque más cercano que conocía en Noruega; allí todo era hermoso el aire, las flores, la vista, la hierva que a la noche poseía de un aroma peculiar y su rocío que volvía único el paisaje.

A la tarde estaba hermoso el ambiente para salir a caminar, no era ni muy caluroso ni muy frío. Tomé las llaves de casa y salimos hacia el parque. Después de varias cuadras caminando llegamos a una manzana verde con juegos para niños y bancos para los demás, también había un lugar para recostarse en el suelo o almorzar con amigos en alguna tarde de verano. Mientras Ariel(mi primo) jugaba, yo me dedicaba a revisar mi celular y de vez en cuando desviaba mi vista hacia mi primo para controlar que estuviera bien.

Una de esas veces en las que mi mirada se despegaba de la pantalla del teléfono pude observar que estaba jugando con una niña, muy tierna por cierto, parecía amistosa, cuando veo que un chico alto, de pelo castaño claro y un poco despeinado se acerca. Yo, al instante que lo vi, le dije que se sentara a mi lado, él desvió su mirada de su celular para mirarme y mirar a donde le apuntaba, se lo veía tímido, muy tímido, él se acercó y me hizo un gesto de afirmación con la cabeza, se sentó mirando los juegos del parque donde estaba Ariel y la niña.

-¿Es tuya?

-Sí-me contestó cortante o tal vez más tímido de lo que creía.

-Es muy linda- traté de sacar tema de conversación, lo que era un tanto difícil.

-Lo sé, es mía- al parecer este chico tenía un problema antisocial o de extrema timidez.

-¿Que es tuyo?-No entendía de lo que me hablaba.

-Mi hermana- volvió su vista al celular.

-Ah, y ¿como te llamas?.

-Rubén.

-Lindo-dije susurrando. Él sonrió, la primera vez que lo veía sonreír, aunque estaba de perfil, podía ver su comisura derecha elevarse levemente, eso sí, era muy mona.-El mío es _________, mucho gusto- Le estrecho la mano, él me mira con esos ojos color verdes azulados, y me coge la mano, al tocarla siento un calor que recorre mis venas desde la cabeza hasta la planta de los pies.

-Mucho gusto- dice con voz baja.

Era claro, ese calor se debía a que hacía tanto que no estaba con un hombre en la cama.

Necesito salir. Quizá no esta noche, pero tengo que hacerlo. En ese momento él estaba viendo sus pies, con unas unas zapatillas que para mí eran de mal gusto, le quedaban grandes y tenía los cordones sin atar. A veces desviaba su vista hasta mis zapatillas converse.

Cuando llegó Ariel con los brazos medios rasgados, las manos con sangre y un poco de tierra y lágrimas en los ojos.

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2015 ⏰

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