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[Chica]

Un constante jaloneo en mi brazo hizo que me despertara, normalmente me costaba levantarme y me molestaba fácilmente cuando tenía sueño. Abrí mis ojos levemente y observé con el ceño fruncido a Freddy que parecía muy feliz. 

—¿Qué sucede? 

—Ya es de día, tenemos que levantarnos y recorrer el lugar, conseguir más comida, agua, ir a bañarnos y, quién sabe, quizás hoy podremos irnos de aquí. 

—¿Y esa felicidad?— le pregunté sentándome, él simplemente rio nervioso y acomodó su almohadón sobre su regazo apretujándolo. 

—Eh...Golden, ¡es por Golden! 

—¿Sí?...¿y qué pasó con Golden? 

—En el bosque pasaron...cosas y...hablamos sobre nosotros, tú sabes. 

Asqueroso. 

—¿A sí? ¿Y solucionaron todos sus problemas? 

—Podría decirse que si— me comentó con una gran sonrisa y un pequeño sonrojo en los pómulos, cosa que me hizo sentir aún más molesta, pero lo disimulé. 

—Me alegro por ti— mentí, y por suerte alguien vino a intervenir. 

—Hey, Freddy, ¿vendrás conmigo y con Bonnie a registrar la zona? 

—Ayudaré a Chica con la ropa, ahora somos más y estoy seguro que nadie más la ayudará. 

Preferiría que te coma un oso, pero así es la vida. 

—Gracias Freddy, al menos alguien me ayuda— dije bromeando y con una sonrisa fingida, reteniendo mis ganas de demostrar mi desagrado. 

¿Porqué de todos tenían que dejarme a solas con el homosexual del grupo? ¡Él está enfermo! 

[Narra Springtrap] 

—¿Están seguros de que esto es seguro?— cuestioné preocupado, aunque divirtiéndome levemente de lo rara que había sonado mi pregunta. 

—No, y eso lo hace más divertido. 

Miré contrariado a Bonnie, sorprendido de su respuesta y esa sonrisa coqueta y desafiante que lucía. 

¿Ese era el chico que solía ser golpeado por los Nightmare's? 

—Bonnie tiene razón, par de gallinas— apoyó Foxy abrazando al chico por los hombros, ambos bastante cantarines. 

—¿Cómo nos llamaste?— defendió Bon algo enojado, y yo entendía a la perfección su frustración. 

Los chicos frente a nosotros dejaron de caminar y se voltearon completamente, esta vez el más bajo sosteniendo el brazo tatuado por la zona del biceps. 

—Lo que son, unas gallinas asustadizas, que aunque les cortes la cabeza huirán despavoridas por el miedo— masculló burlón el más alto de todos nosotros mirándonos con superioridad a Bon y a mi, molestando aún más a mi amigo moreno. 

¿Quién se creía que era él para hablarnos así a nosotros? 

Seguramente la tuvo muy fácil. 

—Me parece que el cobarde siempre fuiste tú, si no mal recuerdo huiste en nuestra adolescencia, ¿qué? ¿no que podías hacerle frente a Los Nightmare's?— hablé cruzándome de brazos, él gruñó y por su ceño fruncido supe que se había molestado. 

Pero un sollozo me hizo desviar la mirada hacia abajo, justo a su izquierda. 

—No, no, no, no...cariño, mírame, respira, con calma— dijo Foxy tomándolo por los hombros y  agachándose levemente para quedar a su altura, había comenzado a inhalar y exhalar suavemente al compás que el pelimorado y parecía bastante alterado. 

Bon y yo intercambiamos miradas entre confundidos y asustados, pero creo que no habría otra forma de reaccionar al ver tal situación. 

[Narra Bon] 

—No crees que Bonnie es algo...¿extraño? 

Miré con atención a Springtrap, luego de aquella extraña escena habíamos vuelto a caminar solo que ahora Foxy cargaba al chico en su espalda. 

—Que yo recuerde él siempre fue un poco raro, pero no tanto— comenté, teniendo cuidado de no pisar alguna cosa extraña. 

En la adolescencia Bonnie era todo lo perfecto, su pelo morado, sus ojos brillantes, la piel pálida, los labios finos y rosados, las manos venosas, las mangas, su música, su composición; él simplemente era arte. 

La forma en que se reía, luciendo tímido pero sin siquiera serlo, manteniendo siempre ese tono calmado y discreto que tanto le caracterizaba, y que también era algo que me encantaba de él.

Pero ahora, mirando a este chico no le reconocía. 

Ya no llevaba el pelo por los hombros sino que le daba más allá, casi en su espalda baja, y ahora lo sujetaba en moños, no en coletas rebeldes y mal hechas. Su flequillo cubría más de su delicado rostro, dejando entrever sus expresivos ojos y esas grandes ojeras que siempre le acompañaban.

Ahora hablaba más fuerte, seguía siendo bajo de estatura pero ya no se encorvaba, al contrario, caminaba de tal forma que modelaba su esbelta figura. La musculosa verdosa dejaba a la vista sus axilas sin ningún bello, y los brazos, largos y delgados, ya no se cubrían en mangas negras y dejaban a la vista cicatrices por las cuales ninguno se atrevió a preguntar. 

Las piernas, apenas cubiertas por unos diminutos shorts grises, ya no eran limpias, ahora su piel estaba marcada por esos tatuajes con un significado, al menos para mí, desconocido. 

—¿Crees que se drogue o algo parecido?— me preguntó Springtrap, y, lamentablemente, me vi tentado a decir que sí. 

[Narra Foxy] 

—No te duermas— murmuré al sentir el cosquilleo en mi cuello por su nariz frotándose, enseguida sentí un casto beso y no pude evitar sonreír.

—Te quiero mucho, mucho, mucho, mucho— susurró cantarín en mi oreja, regalándome un beso en la mejilla y volviendo a su pequeño escondite. 

—Yo también te quiero muchísimo— contesté un poco más alegre. 

Conocer a Bonnie en la adolescencia fue lo mejor que me pudo haber pasado en mi vida luego de lo que ocurrió con mis padres, él era tan diferente y raro, como yo, que no pudimos evitar congeniar. Pero después de aquello decidimos volver a comenzar juntos, una nueva ciudad, una nueva vida. Con nuestros ahorros alquilamos un piso, donde el cuarto, cocina y comedor era uno solo y la única puerta que había, exceptuando la de salida, era para un pequeño baño. 

Pero a pesar de que no teníamos las mejores comodidades, éramos muy felices, y lo seguimos siendo. 

Compartíamos la cama de una plaza, como siempre él durmiendo casi sobre mi, y se me hacía inevitable no abrazarme a él. Los pequeños trabajos comenzaron a llegar, pero decidimos seguir viviendo ahí y ahorrando para nuestra mejor inversión; Gerbonnie Tatto's. Bonnie y yo teníamos en común nuestra pasión por el arte, él hacía los diseños y si el cliente lo aprobaba yo lo tatuaba. Al pasar el tiempo él también aprendió a hacer tatuajes e incorporamos al local la posibilidades de perforaciones, y, más tarde cuando nuestro lugar tuvo fama y reconocimiento, abrimos nuestro propio bar. 

Durante este largo proceso cosas pasaron y nuestra amistad se fortaleció hasta llegar al punto de hacer cosas "mal vistas" juntos. Primero comenzamos a masturbarnos juntos y mutuamente, luego frotarnos, mamadas, jugueteos con dedos y, por último pero no menos importante, la penetración. 

Mentiría si dijera que no fue hermoso, porque a pesar de que solo seamos nosotros dos, sin ninguna relación romántica, creo que fue la mejor primera vez que podría haber tenido. Porque éramos él y yo, Bonnie y Foxy, y nadie nos podrá separar. 

En el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora