4th

58 8 2
                                    

IV.

No tardamos mucho en llegar a su carro y ponerlo en marcha, todo el camino hubo un silencio incómodo, hasta que llegamos a un semáforo con luz roja... ahí fue donde Aiden emitió las primeras palabras.

—Si tan solo no hubieras cortado a Hannah, esto no estaría pasando... —sus palabras me paralizaron por completo, ¿qué es lo que había dicho?, ¿Acaso él sabía?

— ¿A qué te refieres? —dije sin mirarlo.

—Dylan, ¿acaso crees que soy estúpido? Me di cuenta hace mucho —dijo con la mirada fija en el semáforo—, el cariño con el que se ven ambos... es más que fácil percibirlo, además de que deberían ser más cuidadosos cuando se digan sus cosas románticas —dijo emitiendo una risa sin gracia.

—Aiden, lo siento... sé que ella apenas es una niña y yo, yo ¡hoy cumplí dieciocho! —Dije cabizbajo—. Pero en verdad la amo, y entiende que hago todo esto por ella. Mi "linda y amada novia" dijo que si la lastimaría, si no... Me casaba con ella, por eso la dejé, aparte ella aún tiene mucho que vivir... yo solo fui su primer amor, Hannah seguro que me olvidará.

— ¿Aún la amas? —diablos qué pregunta ¿Que si la amaba? Claro que le amo—. Tu silencio me lo dijo todo, si aún la amas no la dejes ir —dijo cuándo llegamos a la puerta de su casa—. Aún tenemos una plática pendiente sobre esto —dijo seriamente.

Caminé hasta su puerta, suspiré y contuve las lágrimas que amenazaban con salir, puse mi puño sobre la blanca puerta con flores de Hannah, di tres toques mientras pude sentir la pesada mirada de Aiden y de su padre sobre mi exorando una sola respuesta.

— ¡No quiero hablar con nadie! ¡Todos desaparezcan! —oí su pequeña voz inocente.

—Hannah —dije con una voz delicada—, soy Dylan, por favor, abre —el silencio se extendió aproximadamente durante tres minutos, ya no se oían sus lloriqueos, algún paso, o algo por el estilo, pasaron unos minutos más y nada, ¡Santo cielo! Esto me ponía los pelos de punta.

¡Crick! Se oyó cuando giró la perilla, vi sus ojos rojos e hinchados... como si hubiera llorado desde mil años atrás, sus labios estaban pálidos, al igual que su piel, me vio a los ojos y después apartó la mirada.

—Hannah —dije mientras acariciaba su cabello, obviamente era mucho, mucho más pequeña que yo.

—Sólo abrázame —y fue así como lo hice, bajé a su nivel y ella se aferró fuertemente a mí, no quería dejarla. Ella era el amor de mi vida.

—Te amo Hannah —dije fuertemente—. No me dejes —y fue así como mis sentimientos se desahogaron en simples gotas evacuando mis ojos.

— ¡¿Tú qué?! — ¡Diablos!  Era la voz de su padre, por un momento se me olvidó que él observaba toda esa escena—. ¡Te hice una pregunta! —volví a oír su voz gruesa.

— ¡Que la amo! —dije sin cobardía alguna—. Ella es mi todo, ella está así por mi culpa, y ahora estoy aquí para remediar todo ese sufrimiento y dolor, sin tan solo pudiera estar libremente con ella, y no a escondidas cómo lo hicimos hasta que terminamos. No sentí nada más que una gota de sangre escurrir por mis labios al fin de contacto del puño de padre de Hannah con mi rostro, sentí un golpe más esta vez en la parte baja de mis abdominales, fue así como caí al suelo.

— ¡Alto! Detente padre —oí al compás las voces de Aiden y Hannah.

— ¿Qué te sucede? —Gritó desesperada Hannah— No tienes derecho a lastimarlo —cayó sobre sus rodillas para quedar frente a mí en el suelo mientras yo estaba recuperando el aire perdido tras el golpe.

Ich Liebe Dich [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora