1st

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I.

—Hola pequeña —dijo Dylan regalándome una sonrisa—. ¿Está tu hermano? —dijo mientas me acariciaba y despeinaba un poco.

—Claro, está en su habitación —dije mientras me acomodaba mi cabello—. ¿Te acompaño? —una excusa más para estar cerca del.

—No te preocupes Hannah —dijo alejándose de mi—, conozco el camino —y sin más que decir se marchó. Otro intento fallido. Cada vez que intento pasar más tiempo con él, parece huir, pero sé que no es su intención, al fin de cuentas él nunca sabrá que lo amo. Me levante el ánimo y tuve una idea más para ir a verlo, comencé a preparar algo para que ellos tomaran mientras platicaban y tocaban música.

— ¿Puedo pasar? —dije con una bandeja en manos y antes de entrar al estudio.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó fastidiado mi hermano.

—No seas grosero Aiden —me defendió Dylan—. Déjame ayudarte Hannah —dijo tomando los vasos y jarra en manos.

—Claro, te compra con limonada —se burló Aiden de Dylan.

—Ya deja de molestar —replicó Dylan saliendo a mi rescate, era como todo un caballero para mí.

—Y… ¿de qué hablaban? —Pregunté tímida y con una inocente voz–. Si se puede saber.

—De nada en especial —dijo Dylan sin mirarme.

—Sólo del amor de la vida de Dylan —dijo mi hermano riendo—. ¿No es así? —con esas palabras mi corazón comenzó a latir al mil por hora y el alma casi abandonaba mi cuerpo.

— ¿Quién es? —pregunté con una sonrisa más que falsa.

—Alguien de nuestra preparatoria —dijo sonriendo y mirándome a los ojos con ternura. Tenía que hacer algo… pero, ¿qué? ¿Ver cómo el amor de mi vida hablaba del amor de su vida? O ¿tal vez declararle todos mis sentimientos de una vez por todas? Había tomado una decisión…

Respiré hondo y…—: A mí también me gusta alguien —pronuncié tiernamente mientras bajaba la cabeza para no mirarlo y sonrojarme.

— ¿No crees que eres muy pequeña para esto del amor? —preguntó indignado mi hermano.

—El amor no depende de la edad Aiden —Dylan respondió mientras me miraba con ternura.

—Exacto –mencioné—. Ese chico me gusta, y mucho, tal vez lo ame —volteé disimuladamente hasta Dylan sin que se diera cuenta.

—Sí, cómo no —bufo mi hermano con sarcasmo—, y yo vuelo —comenzó a reír de nuevo—. Deja de decir boberías y mejor ve a hacer tu tarea, mamá no tarda en llegar —me indicó, yo sólo seguí sus órdenes.

Me concentré en realizar sumas y restas para mi tarea de matemáticas. –Ah, como la odio —cerré mi libro y preferí hacer otras cosas, podía ver tv o tal vez escuchar música; hasta que una muñeca me llamó la atención y así fue como comencé a jugar con todas las demás.

—Que tierna — ¡Ay no! Es su voz—. ¿Qué haces Hannah? —preguntó Dylan.

—Nada —rápidamente solté todo lo que tenía en mano y me senté en el sofá aparentando que solo estaba ahí sin hacer nada.

—No te preocupes, sigue jugando —dijo mientras se sentaba a mí lado para verme, pero lógicamente no jugaría estando él aquí.

— ¿Qué haces aquí? —le pregunté amablemente—. ¿Y Aiden?

—Tomando una ducha para después salir —me contestó amable.

—Dylan —pronuncié en un tono leve después de una larga pausa—. ¿Te puedo hacer una pregunta?

Ich Liebe Dich [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora