Conjunto de historias en distintos universos alternativos, donde Bakugō es el personaje principal (o repetidamente usado) y tendrá como pareja a más de un personaje del anime BNHA.
En todo caso, All x Bakugō.
(+) AU:Donde Katsuki es un estudiante de bellas artes y conoce a Shōta, un artista profesional.
(+) Resumen: Katsuki está visitando el museo para ganar créditos extra. Pero cuando se encuentra con Aizawa Shōta, vagamente perturbador y relativamente encantador, se entera de que hay algunas situaciones que son más difíciles de evitar que otras.
(+) Advertencias: Insinuaciones sexuales (no explicitas), diferencia de edad inmensa (Underage).
( + ) Beta: No hay, aquí morimos como hombres.
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Bakugō Katsuki no estaba seguro de especializarse como estudiante de arte.
Por supuesto, tampoco estaba seguro de hacerlo con el inglés. O Educación, o Estudios de Género, o una breve incursión en Historia que la tuvo casi por completo en abandono por comenzar una banda con su compañero de cuarto, Kirishima Eijirō. Así que aquí estaba, con las bellas artes, a un pie de la galería más rara que nunca se había visto, obligado a asistir para obtener créditos adicionales.
Esta galería era particularmente extraña. Había una sala entera dedicada a un "Simulador de realidad virtual Hero-Tech" de un tipo de América, que consistía de que los visitantes se sentaran en un banco de madera y viesen un video de un hombre que decía "¡Ya estoy aquí!", a través de una serie de personajes robóticos vestidos de súper héroes a lo largo de un año. Luego estaba una losa gigante de fibra de vidrio, pintada de rojo brillante, que Katsuki vio que estaba a la venta por $ 70,000. Era molesto. Claro, la pintura que hizo él de un cielo nocturno era "una pérdida de tiempo" y "solo un lienzo en blanco pintado de negro", pero cuando alguien más hacía una fibra de vidrio lijada, ¿Era arte?
Pura mierda.
- Urdidor, ¿No? -Dijo una voz baja, suave y rasposa detrás de él. El cenizo se volvió para ver a un hombre alto, y con una expresión entre el fastidio y la fatiga, con el pelo azabache revuelto y al menos en cinco capas diferentes de tela oscura, apoyado muy cerca de su hombro. Asumió que tenía que ser un artista, porque no había manera de que alguien no fuera encontrado muerto con esa extraña tela que lo mantenía preso.
O tal vez era un vagabundo.
-No tengo limosna.
-Hablo de esa pintura.
Ah.
-Claro que es...algo, supongo. -Entiéndase, no desea meterse en problemas con algún loco allí adentro, ya era demasiado que lo vetaran de la biblioteca de la ciudad.
