Capítulo 3

2.3K 234 39
                                    

Ya era casi de noche cuando Rolf finalizó su vigésima quinta anécdota sobre sus ventajas como alfa en la escuela.

Kevin se había sentado en la banca a su lado, y del otro solo estaban los restos de la manzana que le había llevado y el vaso volcado. Pese a que había pasado un buen tiempo desde que le había preguntado, no estaba para nada cansado.

Saber sobre Alfas lo despertaba, aunque no de la manera que él quería.

"Y así fue como defendí los pastelitos de mi Nana de un hambriento beta." Finalizó orgulloso, sacando pecho.

Kevin rodó los ojos pero cuando vio que Rolf lo miraba de lado cambió abruptamente la expresión.

"E-eso fue increíble, Rolf." Halagó, levantándose rápido "Gracias por cont..."

"¿A dónde crees que vas?" Gruñó el contrario mientras tomaba su camiseta y jalaba de ella, obligándolo a sentarse otra vez "Rolf aún no te contó como despertó."

Kevin se palmeó el rostro, exasperado.

"Eso era lo que quería saber desde el principio..." Masculló rabioso contra su mano.

"¿Y Rolf como va a saberlo? ¡No es adivino!"

Pero Kevin no respondió y se dignó a escuchar. Tampoco es como si pudiera contradecirlo.

Era un Beta.

*

Estaba solo, ¿dónde estaba su Nana? Todos los de la familia se habían ido a algún lugar, pero él no sabía dónde. Lo habían dejado atrás una vez más. Se tocó su gorra y la bajó un poco, como siempre hacía cuando estaba nervioso. Era uno de sus tantos tics.

Oyó un vidrio rompiéndose detrás suyo y un estruendo como de alguien pesado cayendo.

Y un grito de mujer lo envolvió.

"¡Nana!" Gritó, dándose la vuelta para echar a correr directo a su casa.

Estaba tan absorto en rescatarla que no notó hasta llegar a su destino que estaba descalzo y se había herido los pies al pisar piedras y ramitas en el camino. La sangre le daba impresión desde que era un niño, pero esa tarde al verla iluminada por los rayos anaranjados del Sol le causó un latido casi ensordecedor en cada vena de su cuerpo.

Badum, badum, badum.

Su cuerpo se quedó quieto un milisegundo. Un eco pareció invadir su cabeza. Todo se volvió blanco antes de teñirse de rojo. Sintió un dolor punzante en su boca, como si algo quisiera salir.

"¡Noo! ¡Déjame! ¡Déjame ir!"

Luego de ese grito solo fue capaz de oír como su ropa se rasgaba y un gruñido que hirvió desde su garganta.

*

"¡Aahh!" Kevin se sentó en la cama, tocándose el corazón. Respiraba agitado, sudaba y tenía sus ojos desorbitados.

Enseguida se llevó las manos al rostro, queriendo confirmar que no había nada raro allí. Cuando se dio cuenta de que no había nada de pelo en su cara, se levantó el pijama y observó su torso. No, no había nada allí tampoco.

Contuvo la respiración por un instante antes de soltar todo el aire.

'Cálmate Kevin, cálmate' se dijo por dentro, volviendo a respirar normal para calmar a su agitado corazón.

Había soñado. No, había tenido una pesadilla. Y con el despertar de Rolf. Se había visto a sí mismo en la misma situación que él, aunque sabía que su pesadilla no se acercaría para nada a lo que realmente había sentido su amigo ese horrible día.

WOLFS [KevEdd]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora