infinitamente en compromiso

rebelde y salvaje maraña de rizos negros

Dylan viajaba en el microbus, observaba por la ventaba la sucesión de fachadas deslucidas y anuncios de negocios, en cada parada descendían algunas mujeres de regreso de sus labores matinales y se dirigían a sus domicilios en el laberinto de calles inmediato a la calzada de los enigmas.

bajó del microbus y llegó a su destino, a tan solo unos metros del inmueble levanto la vista para contemplar como se erguía el edificio de la preparatoria, una estructura solida, pero descuidada, era visible que desde hace años la fachada de la escuela necesita pintura.

despúes de ingresar al colegio, subió las escaleras y mientras el ascendía, una nueva alumna descendía por las mismas, se encontraron de frente, ella lo vio, se fijó en sus pequeños ojos cafe oscuro, que brillaron cuando vio los suyos, color miel, el aparte de sus hermosos ojos, se fijó en su cuerpo delgado y delicioso para Dylan, pero lo que también le llamó poderosamente la atención fue que enmarcaba su rostro una rebelde y salvaje maraña de rizos negros que parecía no cepillar jamas.

A pesar de que Dylan no es alguien fisicamente especial, puesto que es un joven de casi treinta años, alto, de complexión delgada, morenito, frente amplia, boca pequeña, cejas pobladas, nariz respingada y labios gruesos; siempre ha tenido pretendientas, sin embargo es fiel desde que anda con María y es de suponerse que siendo alguien comprometido lo es aún más.

ella le preguntó: -te ves un poco grande para ir a la prepa ¿no?, el contesto - soy maestro, no alumno. ella se sonrojo y el solo dijo en voz baja - no te preocupes. cada quien siguió su camino.