El Chico de las Estrellas

Reencuentro

Era tarde, la noche llegó antes de que todos se dieran cuenta. Las luces de colores de la fiesta cada vez resaltaba más y más entre la piel de los extasiados jóvenes fiesteros.

Era tarde y Oliver lo sabía. Tenía que irse pero no quería parecer un aguafiestas, no era ese tipo de chico según él, pero, a pesar de que todos sus amigos se divertían bailando, él sabía que no tenía nada que hacer allí.

-¡Nos vemos el lunes!- exclamó Oliver dirigiéndose a sus amigos que se encontraban en la piscina, con el brazo en el aire como señal de partida.

-¿Eso es todo? ¡Oliver la fiesta apenas está comenzando!- contestó Joe, intentando hacerlo cambiar de  opinión.

-Lo siento amigo, tal como cenicienta, el hechizo rompe a las 12:00...y son las 12:03, así que más vale que corra— respondió Oliver con la típica simpatía que lo caracterizaba.

Se despidió de todo su círculo social y de inmediato se dirigió hacia la puerta para salir. Ubicó y se subió a la  camioneta que sus padres le prestaban para asistir a este tipo de eventos sociales, y con las mismas agarró camino para irse.

Ya de camino a casa, Oliver se sentía un poco apagado. Pensaba que a lo mejor sería porque esta era su tercera fiesta de la semana y casi no habia dormido muy bien.

De repente, mientras pensaba, se percató de aquel sujeto que se encontraba gritándole a un poste de luz, ebrio hasta más no poder. Entre confusión y un poco de risa, Oliver fue dimuyendo la velocidad del vehículo, hasta tener una visión clara de aquel chico.

- ¡Hey, amigo!, ¿está todo bien por allí?- le preguntó Oliver un tanto temeroso.

- ¿Ah?- se volteó aquel ebrio sujeto, haciendo contacto visual con Oliver y dejando expuesta su perdida y triste mirada.

- ¿A.. Adam?- dijo Oliver con tono de sorpresa. - ¿eres tú?- preguntó aún sin creerlo.

-¿O.. O.. Oli?- tartamudeó el ya no tan desconocido sujeto.

Oliver se bajó del auto e intentó meter  a Adam adentro de la camioneta. -¿Vienes de la fiesta?- le preguntó mientras lo ayudaba a subir, pero Adam no dio respuesta.

Una vez ya en el carro, Oliver le preguntó si quería que lo llevase a su casa, pero éste aún se rehusaba a contestar, tan sólo mantenía esa triste mirada en dirección a la ventana del auto, dándole la espalda a Oliver.

Todo se quedó en silencio por un momento, hasta que Adam decidió romper esa atmósfera incomoda y silenciosa que él mismo había creado

—¿así de fácil?—dijo Adam con voz débil—me hablas como si fuésemos amigos Oliver, pero la última vez que nos vimos me dejaste muy en claro que no es así— ahora con una voz rencorosa pero aun sin verle la cara a su auxiliador.

Oliver no sabía que responder, pues sabía que era verdad. La última vez que se vieron las cosas no salieron del todo bien, Oliver le había reclamado por una aparente traición que Adam había cometido, por lo que Oliver, consumido por el enojo, rompió en pedazos la figura de acción de Flash, el superheroe de DC, que Adam le había regalado frente a la atenta mirada de este mismo.... Claro, esto pasó cuando tenían 10 años, osea... la última vez que se vieron, es decir, hace 7 largos años. Pero aún así, Adam parecía no haber olvidado aquel exagerado momento

—Perdón, yo sólo quería ayudar—apeló Oliver, mientras estiraba el brazo para tocarle el hombro. —Sé que hace mucho que no hablamos —continuó hablando mientras Adam seguia callado y de espaldas —en parte es mi culpa, lo admito. Pero creeme que he intentado llamarte cientos de veces, pero luego se me viene a la mente que no querrías entablar una platica conmigo... ¿O sí? —movió el brazo para sacudirle el hombro.

—¡Hey!, dí alg....— pero más tardó Oliver en hablar que Adam en voltearse y soltar una gran oleada de vómito sobre el tan arrepentido Oliver.

Su ropa, las ventanas, el auto, todo manchado de esa asquerosa oleada. Sin embargo, con las mismas ganas de vomitar, y con un viejo y ebrio amigo de copiloto, decidió callar y seguir el camino a casa, mientras pensaba en qué parte de su habitación acomodaría a su poco sobrio y peculiar invitado.

N.A: a partir de aquí, las siguientes partes serán narradas en primera persona, desde de perspectiva de nuestro protagonista Olvier.

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