Adonis.
—Entonces...—carraspeo.—Señorita Illinois.—digo leyendo su currículum y reprimiendo un bostezo.
Miro a Jared en busca de ayuda y veo como él está plácidamente dormido en su silla, así que le doy una buena palmada en el muslo para despertarlo haciendo que se sobresalte dándome la idea de que estuvo durmiendo toda esta entrevista.
Lo primero que hace al despertarse es mirar en lo que más llama la atención de esta mujer: sus gigantes pechos que están haciendo que su pobre camisa por poco estalle.
Vuelvo a carraspear y le doy una mala mirada para que ponga atención.
—Dígame...—trato de sonreír amablemente.—¿Por qué quiere este trabajo?
—Creo que este trabajo sería una gran oportunidad para superarme y poder tener mayor experiencia en este campo.—dice antes de removerse en su asiento provocadoramente haciendo que solo me preocupe más por su camisa.
Genial, esto no va a funcionar.
Asiento con la cabeza y comienzo a entregarle su currículum.—Esto ha sido todo por hoy, le agradecemos su presencia, estaremos comunicándonos con usted ante cualquier noticia.
Toma su currículum y se levanta a lo que ella considera seguramente sensual y comienza a caminar contoneando sus caderas hasta salir por la puerta.
—Creo que terminamos por hoy.—digo apoyándome por mi escritorio fregándome la cara de frustración.—¿Es tanto pedir una secretaria éticamente profesional que no intente tener sexo salvaje y sucio sobre mi escritorio?.—pregunto exasperado y escucho como Jared suelta una carcajada.
—De verdad no puedo creer que en todo este tiempo que llevas ejerciendo el mando de esta empresa multimillonaria hayan sido despedidas más de ocho secretarias por tratar de literalmente violarte.—dice soltando una carcajada.
—Ríete todo lo que quieras amigo, no sé qué demonios hacer.—lo miro como si fuera un cachorro al que han pateado.—Mi última secretaria era bastante buena y eficiente, ¿lo malo? manoseó mi segunda cabeza y trató de desvestirme mientras tomaba una siesta en el sillón de mi despacho.—suelto un bufido.—No puedo creer que todas las que hemos entrevistado se nos hayan insinuado de alguna otra manera y tendré que contratar alguna aunque ninguna me convenza y apuesto lo que quieras a que terminaré en el mismo problema en quizás una semana.
—¿Qué puedo decirte amigo? Estamos como para que se nos coma con nutella arriba de una me...—la puerta se abre repentinamente callando a Jared.
A través de ella puedo observar como una mujer bastante joven pero bastante hermosa entra a mi despacho, luciendo lo más decente que vi en el día, con un brillante cabello castaño claro, ojos brillantes y una seguridad bastante admirable al caminar. Procede a tomar asiento frente a nosotros y nos sonríe haciendo que parezca más joven y hermosa de lo que es. Jared y yo nos miramos por unos segundos comunicándonos de la forma tan extraña que solemos hacer.
—Buenas tardes.—saluda cortésmente pasándome su currículum.—Me llamo Mía Clark, mucho gusto.—dice acomodando su largo cabello.
—El gusto es mío, Mía.—respondo algo sorprendido ante la admirable trato que por fin estoy recibiendo.
Reviso rápidamente su currículum entusiasmado pero prontamente mis ilusiones caen al suelo cuando veo su edad.
—Tienes 17 años cumplidos hace un mes.—digo de pronto sin realmente querer decirlo y veo como Jared no puede dejar de mirarla.
Ella sonríe angelicalmente.—Si, tengo 17 años recién cumpliditos hace un mes.—dice aun sonriendo.
—No puedo contratarte siendo menor de edad.—digo con el tono cansado.
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La Magia de su Arte (Saga The Ghost Dancers #1)
Teen FictionEmma jamás se ha enamorado. Adonis no cree volver a encontrar el amor. Emma se considera un desastre. Adonis tiene que lidiar con su propio desastre. Emma crea magia con su arte. Adonis resuelve problemas. Ambos no sabían lo que necesitaban hasta qu...