Capítulo 1

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He llegado a casa súper agotada como de costumbre para mi suerte Leidy había llegado temprano al departamento y se propuso a cocinar hoy, yo nunca lo hacía, no me caracterizaba por la cocina pero me hubiera encantado ir a un instituto y tomar clases para aprender de ello ya que en casa nunca tuve oportunidad de aprender.

–Buenas tardes–dije muy alegre aunque la verdad no lo estaba, toda mi vida se basó en eso "fingir estar bien cuando en verdad estás hecha una mierda por dentro".

–Buenas tardes moni, ya casi está listo el almuerzo–me miró con ese brillo en sus ojos que nunca se apagan, siempre estaba alegre y es algo que le envidiaba mucho.

–No me digas moni sabes que odio que me digas así, siento que soy un mono cada vez que me dices así–rodé los ojos con toda la irritación posible, odiaba que me llamará así.

–Oye relájate creo que estás pasada de estrés,   ¿Cómo estuvo tú día hoy?.

–no muy bien, ya sabes cómo siempre el estúpido de Billy se burló por mi calificación en el exámen de ciencias.

–Es un estúpido, mañana mismo lo pondré en su lugar le daré una patada en el cul...

Una carcajada se me escapó, podía estar lo más jodida posible y Leidy siempre me sacaba una sonrisa al final del día.

–Tranquila no es para tanto ya me encargué de que no vuelva a hacerlo, por cierto¿Porqué no fuiste hoy?–me tiré en el sofá y la miré detenidamente al ver que se sonrojó, era morena pero aún así podía ver lo rojo en sus mejillas.

–Verás, Víctor estuvo aquí esta mañana y ya sabes me pidió que fuera su novia y luego tuvimos sexo justo donde estás sentada.

Mis ojos se abrieron como platos y di un salto de ese mueble, me sentía sucia es como encontrar a mamá y papá teniendo sexo en mi cama.

–¡Cochina! ¡¿Cómo pudiste?!–chillé con fingida indignación ya que era costumbre en este departamento.

–Fácil, me senté encima de él, no es para tanto además no sé porqué te espantas, será mejor que te des un buen baño el almuerzo se va a enfriar.

Le saqué el dedo del medio y me dirigí a mi habitación a darme un baño rápido para que mi comida no se enfriara.

La tarde se basó en plática y chistes, el tiempo se iba volando cuando estaba con ella a la que por supuesto consideraba a mi única amiga,  después de todas las traiciones me era difícil confíar en alguien y si una chica con apenas 17 años de vida podía no confíar en nadie, me levanté de la mesa era mi turno de lavar los platos Leidy siempre cocinaba y yo lavaba los platos, teníamos horario de limpieza, nos compartíamos los gastos, teníamos horarios para entrar a los chicos a la casa y esperaba que Leidy se tranquilizara ya que tenía un novio.

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