MI REALIDAD

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Mirar por la ventana está sobrevalorado. El mundo está sobrevalorado, vivir, no obstante, se infravalora en sobre medida a la par que se la eleva al superlativo. ¿Qué hago yo? Malvivo, recojo retazos de risa y me los clavo entre las comisuras de los labios, en mi espalda tiro de una cuerda que acciona en mi garganta una caja de risas enlatadas y en mis ojos se cierran los pozos de agua salada para soportar la presión mientras haya individuos por el camino.
No obstante, en mi habitación es diferente, allí me saco los pedazos de sonrisa ajena y los tiro a la basura, me arranco de cuajo la caja tonta de voces felices y me saco de golpe los tapones que bloquean las cañerías de mi alma triste y cansada, dolida y machacada, arrastrándose por intentar continuar un día más en la vida. Sobreviviendo. Malviviendo. Doliendo. Sufriendo.

Días eternos.
Las palabras son días eternos, palabras vacías soluciones que son problemas y más palabras.

Me miro al espejo, ¿qué veo? A la misma chica de siempre, bueno no, eso lo vería cualquiera. Yo veo en tus ojos tu destrozo, veo tus pedazos rotos. Dime niña descosida, ¿dónde has ido para acabar así? No trates de negarlo, lo veo en tu ser más profundo, en cada lágrima que derramas y en cada respiración que tomas. Te gusta verte llorar, sientes que lo mereces, crees merecer sufrir. Bueno, no seré yo quien te diga que estás equivocada. El dolor es el castigos por tus pecados. ¿Por qué no te perdonas? ¿Por qué no intentas quererte?
No te quieres. Lo sé. No me quiero. No puedes querer a quien odias.

GutsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora