Flames

66 1 1
                                    


Alba POV

—Mamá, de verdad, que estoy bien. En serio, Isaac ha sido un palo muy gordo pero estoy ilusionada. Júlia me está esperando y nos vamos juntas de Erasmus a Hungría, quiero decir, el día no podría ir mejor —argumenté realmente convencida de ello.

—Bueno, cariño, yo si tú estás bien...Ay, no te hemos visto nada y ya te estás yendo. ¿Cuándo volverás? —preguntó mi madre mientras me miraba conduciendo de camino al aeropuerto de Valencia.

—Pues probablemente en Navidad, como allí empieza el curso antes...No creo que pueda volver en otro momento, además los vuelos, no es que sean muy baratos y...

—Cariño, —interrumpió mi madre con voz tranquilizadora— ahora no quiero que te preocupes por dinero. De verdad. Tu hermana y yo queremos verte.

—Vale mamá, iré mirando vuelos este mes. Bueno, ya hemos llegado. Júlia, ya está en la puerta de salida. Tengo que irme.

—Ay cuqui, cómo te vamos a echar de menos —mi madre me besuqueó y estrujó entre lágrimas.

—¡Ay, Alba! —se unió mi hermana haciendo que yo me pusiera a llorar también.

—Os quiero, sois las mujeres de mi vida.

*5 horas después*

-¡Tía, que ya estamos! ¡Que está es nuestra nueva casa! —sonreí de emoción mientras saltábamos en la cama juntas.

—¡Joder, joder, que sí! Esta noche se sale, tía. 

—A ver, no sé... —respondí dubitativa.

—Ni no sé, ni nada, se sale, estamos en Budapest, capital Europea y barata que no se nos olvide y estamos las dos solteras y sin ataduras. ¡Venga!

—Bueno va, tienes razón. ¡Se sale!

Al rato estábamos en el Szimpla, uno de los bares más guays del distrito judío de Budapest. Eran edificios en ruinas que no habían restaurado y conservaban una estética espectacular, había miles de personas, bombillas de lucecitas, copas y camareros y sin embargo, no era agobiante. La zona de fiesta de Budapest he de reconocer que era muy divertida.

—Dos sex on the beach. —pidió Júlia sin titubear.

—Y dos chupitos. —completé yo a lo que mi amiga respondió con una sonrisa.

Pasaron un par de horas y después de bailar y bailar, nos juntamos con un grupo de españoles muy majos decidimos pasar la noche con ellos para empezar a hacer amigos.

—Tía, voy a mear que llevo desde que hemos llegado bebiendo y no puedo más. —le dije a Júlia gritando como pude por encima de la música.

—Vale, nena.

Subí escaleras arriba a hacer cola al baño, al llegar todos estaban ocupados y del primer cubículo salió una chica alta, morena y despampanante un tanto mareada, pues iba achinando los ojos para conseguir ver mejor. La vi bajar las escaleras y la perdí de vista al instante no sin antes seguirla con la mirada hasta la multitud que bailaba. Entré al baño, salí y me mojé la cara. Desde Isaac nadie me había llamado tanto la atención. Es decir, siempre te fijas en otras personas aunque tengas pareja, eres humano y tienes ojos en la cara, Isaac y yo pensábamos igual pero nunca tuve ese vínculo de atracción, hasta ella. Hasta esa chica morena. Bajé a buscar a Júlia y los demás con la esperanza de volvérmela a cruzar.

Natalia POV

Aquella noche había decidido salir al Szimpla con mis amigos de la residencia. Había conocido a un par de chavales españoles con los que me llevaba genial. Una chica gaditana que estudiaba magisterio en la UAB que se llamaba Julia y tres amigos suyos Miki que estudiaba magisterio con ella también en Barcelona, Marta que estudiaba Comunicación Audiovisual al igual que yo y Sabela, otra chica que estudia psicología. La verdad que todos habíamos bebido relativamente bastante, pero yo me había pasado un poquito más de la cuenta. Llevaba ya 4 cervezas de medio litro, un par de cubatas y para rematar un chupito de vodka que tomamos todos. Sentía que iba a vomitar en breves así que les dije que iba al baño a ello antes de encontrarme peor. Subí al baño con la suerte de no encontrarme con cola, entré y poté. Bueno, algo mejor me sentía pero seguía bastante mareada, con los ojos llorosos y algo achinados, me retoqué la ropa aún dentro del cubículo. Aquella noche me puse un top negro de manga larga bastante escotado, unos pitillos negros desgastados y unos creepers de terciopelo negro también, A ver si adivináis mi color favorito. El pintalabios aún me duraba y el eye-liner también por lo que pude comprobar con la cámara delantera de mi móvil. Me dejé el pelo todo a un lado y salí del baño sin poder ver muy bien. Aunque hubo una cosa que sí vi, una chica rubia. Apenas pude echarle el ojo, pero recuerdo ver una cara que me cortó la respiración y un modelito de infarto. Bajé escaleras abajo esperando encontrármela.

Dios mío, espero cruzármela al menos otra vez... —dije para mí misma.

—¡Natalia, ven! ¡Hemos conocido a más españoles! —me gritó Julia toda ilusionada.

—Te van a caer genial y son de nuestra residencia. 

Bueno, espero que os haya gustado, se viene encuentro, la semana que viene.

GuantanameraWhere stories live. Discover now