Tu es magnifique [ Jean Pierre Polnareff x reader ]

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AVISO: Contiene cierto smut/lemon (sin llegar hasta "el final") o como queráis llamarlo, leedlo solo si estáis cómodos con ese género ❤

—¿Dónde ha quedado el valiente y descarado Jean Pierre Polnareff que yo conozco?

El peliblanco intentó decir algo, solo consiguiendo atragantarse con sus propias palabras y acabar con la boca semiabierta dejando aún más claro su asombro; la suave rojez de sus mejillas dándole un aspecto aún más adorable que provocaba que un casi inaudible "Aww" saliese de tus labios. Aunque habías comprado aquello para impresionarlo, no esperabas obtener una reacción de ese estilo en alguien tan extrovertido y abiertamente "pervertido" como Polnareff.

—Venga, Jean, ¿acaso un gato se comió tu lengua? ¿No me puedes decir al menos si me queda bien? —te expresaste con un suave sollozo claramente fingido mientras tus dedos danzaban por uno de tus muslos hasta alcanzar uno de los tensos ligeros negros que sujetaban tus medias del mismo color y tirar ligeramente de él, soltándolo y dejando así que este chocase con dicho muslo para provocar un sonido similar al de un chasquido que pareció sacar de sus pensamientos al francés.

—Ma... ma chérie, tu es magnifique —finalmente salieron ciertas palabras de la boca del hombre, palabras que agradecías conocer pues en ocasiones se atrevía a decir cosas en francés frente a ti que no llegabas a entender.

La forma en la que lo había dicho solo conseguía hacer que adorases más a Polnareff porque, ¿a quién no le gustaría escuchar como intentaba hablar con seguridad cuando se notaba a leguas que seguía tan sorprendido como antes? Ahora agradecías enormemente la ayuda que te había brindado Kakyoin en cuanto a que hacer para sorprender al francés. Al principio no habías estado muy segura en si pedirle ayuda o no al que considerabas tu mejor amigo pero ahora estabas segura de que a la mañana siguiente le darías mil veces las gracias. ¿Quién habría esperado que algo tan sencillo como un conjunto de lencería conseguiría dejar con la palabra en la boca a un francés con tanta labia como él?

—¿Acaso quieres tocar? —preguntaste con picardía, sintiéndote más segura de ti misma que nunca al tenerlo casi comiendo de tu mano. Una amplia sonrisa invadió tu rostro al notar al hombre asentir con la cabeza e inmediatamente colocar sus manos en tus caderas, manos que en a penas segundos apartaste— No no, primero siéntate en la cama, debes ponerte cómodo.

Tu tono de voz dulce y las vistas que le brindabas parecieron convencerlo al instante de hacerte caso, tanto que tardó a penas unos segundos en sentarse al borde de tu cama y suplicar con sus ojos que le dejases tocar cada rincón de tu cuerpo. Enternecida por ello, te acercaste a él y sin mediar palabra lo empujaste de una forma delicada para hacer que acabade recostado en dicha cama, subiéndote a su regazo con rapidez y colocando estratégicamente tu centro a la altura de sus caderas, precisamente lo más cerca posible de aquella zona.

No hizo falta que le dieses luz verde al peliblanco, pues en cuanto te posicionaste encima de él sus manos ya estaban danzando por tus muslos, acariciando la fina tela negruzca que componía tus medias. Un leve escalofrío recorrió tu espalda de arriba hacia abajo al notar sus dedos rozar por el interior de tus muslos, peligrosamente cerca de aquella zona que intentabas ignorar como gritaba de forma muda que Polnareff la tocase.

—¿Tanto te gustó? —preguntaste, buscando que el hombre contestase con palabras y así te deleitase con su voz grave y con la ligera respiración agitada que comenzaba a tener.

Oui... (T/N), ¿puedo tocar dónde yo quiera?

—Por supuesto que sí —tus palabras resbalaron de tus labios como si estuviesen envueltas en miel, intentando ocultar de alguna forma el deseo que tenías de que el peliblanco tocase donde más querías.

Pero tus expectativas no fueron cumplidas, y te diste cuenta de ello cuando las manos del contrario subieron por tu vientre hasta llegar a parar a la tela de encaje de tu sostén. No es que no te gustase, obviamente te encantaba cuando Polnareff se centraba en tus pechos, pero no es como si en ese momento lo que más deseases fuese que tocase allí y no por tu zona baja; al parecer incluso él se dio cuenta de la leve "frustración" que esto te había provocado.

—¿Qué ocurre? ¿No he tocado dónde tú querías? —notaste cierta picardía tras su fingida inocencia y no pudiste evitar que tus mejillas enrojeciesen, frustrándote un poco más porque el francés ya estaba volviendo a ser como realmente era: un pervertido que aprovechaba la mínima oportunidad para hacerte sonrojar.

—Mantente callado o tus manos van a acabar atadas a la cama —amenazaste, intentando mantener la faceta ligeramente dominante que habías obtenido durante los minutos en los que el francés se había mantenido en shock.

—Si es lo que quieres, no me opongo a ello, mon amour —imitó tu táctica de hablar dulce, como si sus palabras saliesen de sus labios sin siquiera planearlo, consiguiendo derretirte con un tono de voz grave y a la vez agradable para tus oídos.

Quisiste decir algo de nuevo, oponerte una vez más a él, pero el movimiento de sus dedos por encima de la tela del sostén, justo donde se encontraban tus pezones, hizo que en vez de palabras lo que saliese de tu garganta fuese un murmullo casi ahogado con su nombre. Eso solo empeoró las cosas, incitando al hombre a continuar y a torturarte como si él fuese el que tuviese las riendas aquella noche a pesar de encontrarse debajo de ti, pero no se lo permitiste por mucho tiempo. Un simple movimiento de caderas por encima del creciente bulto en sus pantalones consiguió que recuperases un poco el control de la situación, siendo esto reafirmado por el suave sonrojo de las mejillas del contrario y la presencia de una de sus manos en tu cintura con el propósito de alentarte a que continuases moviéndote.

—¿Qué ocurre? ¿Acaso quieres más? —le pagaste con su misma moneda, ganándote una suave risita de su parte que logró confundirte y entretenerte lo suficiente como para conseguir que te tomase por sorpresa el repentino cambio de lugar que él llevó a cabo.

Tu cuerpo en cuestión de segundos había quedado bajo el suyo, siendo obligada a permanecer con las piernas abiertas a causa de la presencia del hombre entre estas. El nuevo roce de su erección con tu centro y el suave apretón que recibió uno de tus pechos consiguió sacar de tu garganta el primer gemido de la noche, que provocó que aparentemente aumentase el orgullo del contrario.

Ma chérie, lo siento pero hoy no tengo tiempo para tantos juegos, así que permíteme que me aventure a quitarte esta preciosidad...

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tREMENDA BASURA TRAIGO, LO SIENTO ;;

Sé que nadie pidió nada de Polnareff pero es que estoy viendo Stardust Crusaders y no puedo evitar amarlo, siento dejar a un lado vuestras peticiones para escribir esta kkita :'^ Espero que si lo habéis leído os haya gustado aunque sea un poquito. Es bastante cortito (a penas 1000 palabras) así que también lo siento por eso, debí extenderme un poquito más ;;

¡Me encargaré de traer vuestros pedidos lo más pronto posible, gracias por ser pacientes~!

Korine-chan

One-shots de Jojo's Bizarre Adventure || JJBA x reader --PAUSADO--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora