Capitulo 3

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Miro hacia ellas y palideció.

-No puede ser... -murmuró por lo bajo.

Laura y Silvia se miraron y se acercaron a la madre para explicarle.

-Señora...  -comenzó Silvia.

Sin embargo, la madre de Lucas pasó al lado de ellas sin mirarlas y se dirigió hacia el salón. Allí se acercó al mueble de salón.

-No puede ser... Se ha roto. -cogió el marco roto con la foto y se dirigió a la cocina.

Silvia y Laura suspiraron aliviadas y siguieron subiendo las escaleras hacia la habitación. Laura se dirigió con paso seguro hacia la habitación de su novio, pero antes de traspasar la puerta oyó voces y risas dentro.

-No! -gritó una voz de chica mientras se reía.

Laura reconoció esa voz, era Sandra. Pero no podía ser... Es imposible.

Silvia se dio cuenta de que algo ocurría y traspasó ella primero la puerta.

Cuando vio la escena era demasiado tarde para impedir que Laura lo viese. Un segundo después, ésta salió corriendo de la habitación con lágrimas en los ojos. Silvia volvió la vista hacia Sandra y Lucas, y en aquel momento, Lucas se fue acercando a Sandra poco a poco, sin embargo, cuando Sandra vio su intención se levantó de un salto de la cama.

–Yo no soy de esas, Lucas. –le reprochó. –No soy una zorra que traiciona a su amiga. Recuerda que me llamaste sólo para hablar un rato como amigos.

–Pero...

–No, déjame. –Sandra se fue acercando al chico y cuando estuvo a unos centímetros de su cara, le susurró. –Me das asco. Te aprovechas de que tu novia está enferma y estás ligando con su amiga en lugar de estar en el hospital.

–A ver, guapa. Laura está a punto de morir, no voy a destruir mi vida por ella. ¿Entendido?

–Eres un gilipollas, Lucas.

Sandra salió de la habitación dando un portazo y Silvia volvió la mirada hacia Lucas para ver cómo reaccionaba.

Éste se sentó en la cama y cogió el móvil.

–Hola, Isa. ¿Vamos esta noche a la disco? – ... –Pues vengo a recogerte a las 9. Chao princesa.

Después de la conversación, Silvia salió al pasillo, donde vio a Laura encogida y llorando en el suelo.

–Laura, debes saber que Sandra...

–He oído todo. Es una buena amiga, siento mucho haber dudado de ella.

Silvia le paso un brazo por los hombros y se sentó junto a ella, esperando el momento de despertarse, de darse cuenta de que todo era una pesadilla. Pero ese momento nunca llegaría porque, aunque todo era irreal, eso era la pura realidad.

Holaa a todos muchas gracias por leer.
Muchisimas gracias a Beistriz por la nueva portada. Me encanta *_*

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