1: Mirando las Lunas

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Pasos para una buena conquista, entiende las señales...

Siempre me he considerado una persona muy observadora, como ahora, cuando por detrás de mis lentes de sol aprecio el buen trasero que tiene Dante Castillo en esos pantalones, el cual puede ser descrito con un ¡OH POR LAS LUNAS DE SATURNO!

¿Sorprendidas de mi comparación?

Diré lo que pienso, toda mujer tiene el derecho a deleitarse con una buena vista, y quien diga que nunca, en ningún momento de su vida le ha visto el trasero, los abdominales o el paquete a un chico y dado calorcito por aquellos pensamientos picantes, miente.

Incluso a Marie, la hija del predicador de nuestra iglesia, la atrapo a veces regodeando su vista con el trasero de Dante, para luego sonrojarse y persignarse por lo que seguramente no han sido pensamientos inocentes. Y seguramente ambas pensamos lo mismo, cual es la rutina que sigue para tener tales montañas.

Se han dado cuenta que los hombres a veces son más dadivosos en ciertos aspectos físicos que las mujeres, pienso que es una injusticia. Ellos no saben lo que es sufrir con un rizador de pestañas, sin embargo hay algunos que las tienen más rizadas que una chica que se pasa media hora al espejo con una cuchara para que queden perfectas. Ellos no necesitan peinarse, pueden salir de la ducha o de la cama, pasar sus manos por el cabello y todo perfecto, incluso cuando yo llevo el cabello corto, si salgo de la ducha o me levanto y no lo peino, pareciera que me hubiera electrocutado.

Y todos esos factores actualmente están sumidos en la persona que tiene mi atención. Dante Castillo, un latino, alumno de nuevo ingreso y actualmente objeto de deseo de toda chica con esos pantalones que le marcan todo, provocando que al voltear casi me trague el chicle fresa rosa, que mascaba.

.—¿Rose, estas mordiendo el lápiz?

—Oh... Yo quiero morder ese lápiz...

—¿Disculpa?

Soy sacada bruscamente de mis pensamientos, completamente sonrojada

—Decía que ya no quiero morder estos lápices... es una mala costumbre. ¿Necesitas algo Marie? —pregunto con una sonrisa, y dejando en la mesa el lápiz que al parecer estaba mordiendo con mucha ansiedad.

Su pedido es simple y nada sorprendente, una invitación a la reunión que habrá en su iglesia la próxima semana, una invitación a la que claramente no quiero ir, pero de todas maneras acepto, pues así soy yo.

—¿Iras a exhumar tus pecados traviesa? —ríe mi auto nombrada amiga Sunny, quien actualmente , cayendo en el asiento de mi costado en mesa—, desde la tienda vi te comías con la mirada al chico nuevo.

Sonrió y niego levemente

—Estaba desnudándolo —admití riendo, pues Sunny era la única chica que no espantaba con mis pensamientos picantes—. Tienes que admitirlo, tiene lo suyo.

—¿Y ya pensaste como acercarte?

—Uhm, puede que aun este cavilando entre si ser directa o ir por alguien que me presente. Ya sabes... tengo una imagen que cuidar.

Cuando vuelvo a levantar la vista, el destino me lanza una oportunidad en la cara, y quien soy yo para no atraparla, en todo el tumulto de chicas tímidas nadie se da cuenta que al parecer Dante quiere que alguien se le acerque.

Ten iniciativa...

Este es uno de mis primeros consejos. Para que alguien guste de ti, primero tiene que saber que existes. Por lo que guiñándole un ojo a Sunny, y tomando mis carpetas me acerco al objetivo lo más sutilmente que puedo

No tan EncantadorWhere stories live. Discover now