Capítulo 5: Los Espíritus del tiempo.

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Liana se había quedado pasmada en su lugar. Sin mover un sólo músculo. Él demostraba no ser peligroso a veces, pero muchos hechos que lo rodeaban, contradecían esa precipitada idea, probando lo contrario.
¿Quién era Volt...realmente?

El joven corredor se enfrentó a aquellas temibles criaturas cuya existencia se regía por la directriz específica de cazar, a quiénes tentaban con romper las leyes impuestas por el tiempo, la realidad, y la existencia...predominada Dimensión potencial.

Él ni se inmutó de llamarlos para captar su atención, y que éstos le siguieran sin rechistar.

Volt usó todo su poder. Enfocó su energía y se dispuso a correr, los fantasmas le seguían muy de cerca, pero él fue capaz de escalar una pared corriendo y detenerse arriba de un respaldo, que usó para sostenerse y con una gran carga de sus pies juntos desorientar a uno de los monstruos...para llevárselo hacía abajo, en una caída segura.

Volt rápidamente se postró sobre el cadáver del fantasma y lo agarró de su cola espectral extraña para estamparlo y mandarlo a volar por los aires... Sin embargo, aquella cosa nunca llegó a tocar si quiera la pared, ya que simplemente se desvaneció de su vista. Y no tardó mucho en afirmar que se había desfasado.

Desfasar era volverse intangible, no poder ser tocado, como un fantasma, vibrando sus células y excitándolas con uso de la súper velocidad.
Así que, el monstruo espectral había desaparecido atravesando el muro y el joven miraba a todos lados tratando de encontrarlo. Pero reapareció justo encima de él, recibiendo de esa forma un golpe del espíritu...que con el simple contacto, lo acabó debilitando y suprimiendo sus poderes.

Él confirmó sus mas agudos miedos. Y era que no había forma de parar la furia del tiempo.
Cayó al suelo y el monstruo lo sujetó del cuello, activando así un propio mecanismo de defensa. Volt electrificó todo su cuerpo calcinándolo parcialmente. Sin embargo, eso muy poco lo dañó, y solo prolongó la inevitable ansía de lograr su cometido.

Cuando se sintió desvanecer y comenzaba a perder el conocimiento. Algo atravesó con velocidad al Espíritu, haciendo que éste estallara con una luz púrpura y rosa...
Se trataba de ella.

Liana se había quitado finalmente aquella bata y se había exhibido. Volt pensó que cuerpo monumental era de los dioses. Y el corsé negro ajustado que llevaba la hacía verse mortalmente seductora, aunque para ella sólo representaba una forma de hacerse mas liviana y ágil para combatir.

Se acercó al joven del rayo y lo ayudó a levantarse. Volt se sorprendió por aquel acto, pero más era el asombro por su perspicacia.

—¿Qué...?

—Ya te lo dije —acotó lo obvio—. Tú eres mío.

El gutural estruendo de un grito de guerra proveniente del otro espíritu los sobresaltó. Y Volt decidió tomar una medida de emergencia para escapar. Y tomó sin su consentimiento a la chica en brazos.

—¡¿Que haces?! —dijo la chica con los ojos abiertos como platos.

—Lo siento —Hasta le pareció absurdo tener que disculparse cuando buscaba salvar a ambos—, créeme que no estoy tan a gusto como tú, pero no podemos contra él...tenemos que correr.

Ella asintió indignada y Volt se dispuso a correr para huir de aquella cosa espectral. En el camino Liana se quedó estupefacta procesando lo que pasaba. Su vista chocaba con la gran velocidad a la que se desplazaba y por un momento que le pareció efímero, sintió una sensación muy agradable

No pudo evitar apreciar las facciones endurecidas y tensas de Volt que no hacía mas que cargarla en brazos y tocar con descaro su espléndida piel. Sin embargo no se sintió incómoda. Debía admitir que el chico le resultaba muy atractivo de hecho...y pensó que sería un desperdicio darle fin a su vida. Pero sólo se limitó a enfocarse en la venganza que había planificado contra el presunto asesino de su hermana.

Volt se detuvo dentro de la habitación de un hotel. Y Liana se bajó rápidamente de sus brazos, rompiendo el contacto de sus cuerpos.

—¿A donde me trajiste? —dudó con una gran desconfianza.

Volt se asomó por la ventana, sin dar crédito alguno e intentando cruzar con señales del espíritu, pero para su alivio pudo notar la inconfundible presencia de muertos deambulando por las calles, que le resultaban insignifantes en comparación con aquel espectro. Pero no por eso los zombis dejaban de representar un verdadero peligro...
Después de todo fueron ellos, los que devastaron al mundo.

—Aquí estaremos a salvo por el momento —añadió.

Deshacerse del primer espíritu no había sido tarea fácil, y se había sorprendido de lo mucho que había hecho contra uno sin verse consumado por la inexistencia del mismo. Estaba seguro de que sólo había sido suerte y que, al segundo no lo podría evitar por siempre.

—¿En un hotel? —respondió la chica, que recién se había asomado por un pasillo inhóspito lleno de habitaciones que vacías...inundaban el ambiente de un silencio perturbador y espeluznante.

—No te preocupes, revisé todo antes de entrar. —se aclaró la garganta—. Digamos que es mi escondite.

Liana no añadió nada más al tema. Pero aquello no fue lo que le sorprendió tanto como para soltar una maldición, sino que fue cuando la chica volvió a crear una cuchilla de energía psíquica con su mano e intento cortarle en la garganta.

—¿¡Estás loca!? —vociferó con sorna al llevarse una mano al rostro, y después de terminar con un corte leve pero profundo en la mejilla, que no tardó en regenerarse.

—¡Pagarás por lo que le hiciste a mi hermana!

¿En serio? ¿ahora era el momento?

—¡Yo no maté a tu hermana! —Le insistió sin éxito, pero ésta simplemente no escucho sus súplicas y arremetió contra él.

Volt se enfureció y decidió actuar. Aprovechando su poder, para con su vertiginosa velocidad terminar estampando a la chica contra la cama, para colocarse sobre ella y sujetar sus brazos a los lados de su cabeza. Aprisionándola.

—¿Qué...? ¿ahora vas matarme? —sus rostros estaban muy peligrosamente cerca.

—¡Claro que...! —su respuesta de vio ahogada cuando la joven se fundió con él en un arrasador beso.

Aquello pronto se convirtió en una guerra de lenguas, ambos forcejearon por ejercer el control. Y la conciencia de ambos, además del sentido de razonamiento lógico se perdió para siempre en aquel candente momento.
Aunque Liana lo había hecho, con el propósito de distraer a su captor. No contó con que su cuerpo reaccionará de ese modo, dejándose llevar por el momento.

La joven no supo lo que le pasaba. Y no quería detenerse, saboreaba cada centímetro de su boca con la lengua y gemía por el roce íntimo entre ellos. Volt tampoco pensaba con claridad. Y su juicio se vio nublado por el deseo y la lujuria.

No pasó mucho hasta que ambos se desvistieron y, se perdieron entre el aroma y el cuerpo del otro. Sin mas reparos Volt se introdujo dentro de ella sin rechistar, con furia, velocidad y mucha pasión. Sus cuerpos se fundieron, perdiéndose entre jadeos, gemidos y gritos incesantes. Él no se detuvo ni se preocupo por que los escucharan, porque no le importaba...

El joven la hizo suya, le hizo el amor como ella nunca antes lo había experimentado. Y sus constantes espasmos de placer se habían aplacado y sincronizado con la velocidad de cada una de sus estocadas, que para Liana eran mortales.

Ellos continuaban devorándose entre sí. Hasta que el momento llegó a la cúspide del placer y los golpeó el clímax... Reclamandola por completo, quién ajena al deseo...perdió el control y acabó.

Cuando finalmente pudo razonar con claridad. Se apartó de él con una velocidad sobrehumana. Claro que, Volt estaba tan sorprendido y desconcertado como ella. Examinando su reacción atentamente con la mirada.

—¡No! —los ojos de ella se humedecieron, mientras observaba con un odio irracional a Volt—. ¡Tú provocaste esto! ¡Tú! ¡Maldito!

Volt no supo que responder. Estaba anonadado.
Y Liana se sintió a sí misma, con asco...por que lo había hecho, no con cualquier hombre, sino con el asesino de su hermana.

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2019 ⏰

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VOLT: EL Trueno de las Sombras. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora