Los dos jóvenes, admiraban su muy significativa hazaña. El motor del auto rugía de potencia. Volt no había dudado en usar su poder para alimentar la batería del vehículo y permitirle a Ignios que lo encendiera...para poder embestir con una gran furia y emoción desenfrenada a todos los zombis que se le cruzaran en el camino.
-Esto no deja de ser divertido. -agregó Volt.
-Seguro que sí. -contestó Ignios.
Pero poco a poco la emoción se vio apagada cuando se abrieron paso por la desolación de la ciudad. En ella se denotaba la destrucción por doquier. Y toda la vegetación que rodeaba las calles y los edificios le daban un toque mas escalofriante a la zona.
Tuvieron que estacionar el vehículo frente a una tienda de comestibles. Dónde ambos amigos se vieron decididos a entrar.
-Tenemos que separarnos. -dijo el mas mayor.
-Seguro Ignios. -aceptó Volt.
Ambos se separaron. Y Volt se dirigió a la tienda de comestibles, dónde se vio forzado a abrir la puerta a patadas, antes de encaminarse hacía una muerte segura. Exploró el sitio con la esperanza de hallar algo, sin éxito. En mas de una ocasión se sobresaltó con alguna que otro roedor que pasaba por allí pero nada mas.
Le resulto extraño no encontrar algún cadáver. Pero optó por no confiarse de las apariencias. Que bien podría significar una trampa.
Vagó inmerso en un mundo de silencio dentro de aquellos pasillos. Su frente sudaba, debido al esfuerzo que hacía para mantenerse relajado y controlar su energía en la punta de sus dedos con el objetivo de hacer una lámpara con ellos al encenderlos, formando una lámpara.
Subió por unas escaleras de las cuáles estaba muy seguro que conducirían a alguna especie de planta superior. Desconocía totalmente el interior de la misma, pero estaba seguro de que hallaría algo...
Su amigo había ido por la otra tienda de al lado, que aunque pequeña...lucía igual de aterradora que la primera. Como toda una película de terror.
Ignios caminaba con cautela. Sus manos estaban encendidas y eran muy útiles para vislumbrar el área donde se encontraba, ya que las flamas funcionaban perfectamente como una antorcha. Había oído pisadas desde el otro lado del pasillo. Aunque no podría diferenciar a vivos de muertos, lo importante era salir con vida de aquello que prometía ser un inevitable encuentro con la muerte.
-Hola chico.
El saludo que oyó de improvisto lo descolocó totalmente, y por la sorpresa supo que las intenciones de aquel sujeto no eran buenas. Así que quiso defenderse encendiendo sus manos de fuego -listas para soltar una llamarada-, pero un golpe que lo mandó a volar por los aires hasta estamparse con la vitrina de enfrente lo dejó inconsciente.
Sin embargo, desde el otro lado de la calle. Volt pudo escuchar el estruendo de la vitrina rompiéndose acompañado de una pequeña implosión flamante. Y una inquietud recorrió el cuerpo de él cuando se asomó por la ventanilla y se topó con algo que no esperaba.
El cuerpo inconsciente de Ignios era transportado por otros dos jóvenes dentro del mismo vehículo de ellos de hecho. Y una chica que iba mas atrás se detuvo a mirar la Tienda de comestibles donde Volt estaba, comunicando algo a la vez, con su radio.
Volt se sobresaltó por un golpe que resonó detrás de él. Por si ya el ambiente no estaba lo suficientemente tenso... En un abrir y cerrar ojos el monstruo sin vida derrumbó la puerta de madera y se hizo ver.
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VOLT: EL Trueno de las Sombras. ©
Ciencia FicciónDurante mas de veinte años la humanidad se sumergió en los albores de la destrucción. La misma muerte los había alcanzado luego de que el planeta estallara en una guerra nuclear a bombardeos, disfrazada de un virus que transformó a todos los expuest...