No hay lugar en su corazón para ella

2 1 0
                                    

El tiempo pasó y la pequeña mejoró, gracias a unos excelentes doctores a los que aún agradece siempre que puede, sigue con vida.

Si le preguntan: ¿Que ha pasado con su "padre"? Ella respondería lo de siempre : "—No lo sé, no le importo, no me importa" Y si, está respuesta viniendo de una niña de ahora 8 años sorprendería a cualquiera, frente a todos es valiente y fuerte, frente a todos demuestra indiferencia ante las pocas llamadas que  recibe de su "padre" solo para avisar que ya ha transferido dinero a su cuenta una vez más... Pero en el fondo le sigue doliendo, le sigue ardiendo su corazón con cada indiferencia de su "padre".

Llega un día en el que su madre cansada de la situación con su "padre" por la poca comunicación o falta de atención hacía la pequeña, decide llevarlo a juicio de nuevo en busca de llegar a un mutuo acuerdo. Ambos son citados en el juzgado y ella es llevada a ese juicio, la sientan en una silla en medio de todo y cuándo mira a su alrededor siente que está en una de esas películas o novelas en dónde ambos padres luchan por el amor de su hijo, claro esta que esa no es su situación, porque normalmente en las películas que ella había visto al final la niña o niño terminaba feliz con la decisión del juez y en su caso no es así.

El juez toma la palabra y lo que pasa parece ser en camara lenta:

"—Estamos aquí para llegar a un acuerdo de beneficio para la menor. Según me informan hay una notable falta de atención y preocupación de parte del padre asi que le haré tres preguntas y dependiendo de sus respuestas tomaré una decisión—" dice el juez, lanzando una mirada en dirección al hombre del lado derecho del juzgado. "—¿Tiene usted un trabajo fijo? —"

"—No.—" dice el hombre y la pequeña lo mira con confusión, no entendía porque mentía.

"—¿Quiere usted llegar a un acuerdo en el que la menor pase tiempo con usted?—"

"—No.—" la pequeña baja la mirada y juega con sus manos, mordiendo su labio inferior para contener ese sollozo que estaba atrapado en su garganta.

"—Bien. ¿Estaría usted de acuerdo en firmar un documento en el que refleje que usted no quiere tener parentesco alguno con la menor? Aclaro que esto incluye el dejar de comunicarse con ella, dejar de verla y el hecho de dejar de enviar dinero para su cuidado y salud.—" el juez tiene la mirada fija en el y la pequeña se niega a mirarlo hasta el momento en el que escucha su respuesta.

"—Estoy de acuerdo, no quiero tener ningún parentesco alguno con la niña.—"

Y ese día, la pequeña niña se rompió por completo, sentía lo poco que quedaba de su corazón romperse en miles de pequeños pedacitos y las lágrimas que estaba conteniendo derramarse sobre sus mejillas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 14, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Diario de una chica depresiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora