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Al terminar su clase. Keith fue a ver a su hermano, lamentablemente, al lado del chico se encontraba la persona que giraba todo su mundo. Lance. Y el azabache no se lo podía creer, para mayor suerte, Takashi lo vió y lo llamó.

El coreano no tenía de otra, debía ir a donde se encontraban. Así que armó valor y antendió el llamado.

No podía estar más nervioso, ya que el moreno le sonreía y no le quitaba la mirada de encima.

Las palabras de su hermano desaparecieron mágicamente, lo único que hacía era admirar, "disimuladamente", a su chico.

"Lance vendrá a casa hoy". Eso fue lo único que escuchó.

Luego de esa tediosa conversación, y miradas locas. Se retiró y fue corriendo a contarle todo a su gran e íntima amiga Pidge.

-¡¿Qué voy hacer Pidge?!.- Preguntaba con gritos y desesperos el azabache.

-Puedes quedarte en tu habitación, pensando en como sería tener sexo con él.- Rió la muchacha.

-Esto no es divertido Pidge. ¿¡Y si entra a mi habitación!?

-¿Y eso que tiene de malo?...Espera...¿¡No me digas que tienes un altar o fotos de él!?

-Si.- Susurró el caucásico, muy avergonzado.- Tengo fotos, sus horarios e incluso algunas cosas que se le han caído.

-Demonios Keith, estas enfermo.- Volvió a reír la chica de gafas

-¡No es divertido!.- Bufó el pelinegro.- Pero...¿No podrías venir a mi casa, hoy?

-Claro, tendré que preguntarle a Matt.

-Oh Pidge, eres maravillosa.- Sentenció Keith, abrazando a la contraria.

-Lo se querido, lo se.

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¿Qué pasará ahora en la casa de Keith?

Lo sabrán en el siguiente capítulo nwn

¡Nos vemos luego!

Texting [Klance]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora