Ocaso: Un amor prohibido

La bienvenida

Después de 30 minutos, estacioné el carro, caminé hacia la terminal y esperé 10 minutos más a que salieran para recibirlos. La primera en salir fue mi madre, quien expresó mi nombre: - ¡Renesmee!-, corrí a sus brazos y con un cálido abrazo me sentí protegida de nuevo.

Al poco rato salieron Jasper y Alice, Rosalie y Emmet, mi abuelo Carlisle y Esme; el único que faltaba era mi padre. Durante la espera había expresado todos mis sentimientos con mis pensamientos pues no encontraba las palabras para cada uno de ellos. De pronto, una voz en el fondo interrumpió mi concentración: - ¡E.J!-. Al voltear la mirada, Edward, mi padre.

Entre los 3, Bella, Edward y yo nos abrazamos, sonreímos y la conexión que acostumbrábamos a hacer en nuestras mentes y pensamientos estaba ocurriendo.

Subimos al estacionamiento, acomodamos las maletas y abordamos el carro para ir a la casa donde ya nos esperaba Jake. Escuchamos la radio mientras platicaban sobre sus experiencias en el viaje, sus nuevos conocimientos y lo asombrados que estaban por el cambio en Forks.

Llegando a la casa, todos parecíamos tener actitudes humanas, pues nadie utilizaba ninguna de sus habilidades para hacer algo. Bajamos las maletas, al abrir la puerta estaba la sala llena de globos y un cartel que decía ¡Feliz cumpleaños Nessie!

Jake me recibió con un abrazo y un beso, todos se habían sorprendido con tal acción pues nadie sabía de nuestra relación. Bella y Edward nos separaron de los demás para hablar y aclarar la situación. Jacob no me dejó hablar y él fue quién aclaró todo con mis padres.

Después de eso, servimos la cena, platicamos y bebimos un poco de vino, todos estábamos alegres abriendo los regalos que me habían traído. El pastel ya estaba en el centro de la mesa y las velas encendidas.