Squadron Alone

Capítulo 5 Ciervo.

Eran las 6:00 de la mañana, el sol ya había salido tímido y allí estaba yo, contemplando la valla que impedía entrar al bosque.
Ya había inspeccionado el barrote suelto por el que Thalia se había colado, pero tenían razón, era demasiado pequeño como para entrar alguno de nosotros.
Contemplé los árboles, aquellos en dónde habíamos jugado hacía más de 4 años, cuando sólo éramos unos críos.
Habían pasado muchas cosas en aquellos años, cosas que nunca, aunque quise, se me olvidaron.
Ellos me hicieron creer que el concepto "amistad" existía, mucho tiempo los consideré como hermanos propios, habíamos pasado circunstancias de todo tipo y juntos pasamos los malos momentos... Pero cuando más falta hizo estar unidos, nos distanciamos, rompimos todo tipo de lazos e incluso nos odiamos los unos a los otros.
-¿En que piensas?
Levanté la cabeza volviendo de nuevo a la Tierra.
-¿Cuánto tiempo has estado aquí?- exclamé.
Meghan se rió, su sonrisa me recordó a los tiempos de antes.
-No mucho la verdad, lo suficiente como para darme cuenta de que por ahí no cabemos.- señaló al barrote suelto.
- ¿Te has levantado con buen pie hoy? - pregunté.
- ¿Tendría que tener algún motivo?- dijo sonriente.
Casi sin notarlo sonreí.
- Tenemos que quitar ese barrote, sino será imposible pasar.
Cogí con ambas manos el trozo de valla e intenté retorcerlo, pero apenas se dobló.
- Es resistente. - dijo con una sonrisita.- Pero no para lo que le encargué a Jake.
- ¿Qué le encargaste a Jake?-
- Ohhh... Un soplete.- dijo con un aire increíblemente normal.
- Ahh vale ya lo pillo, volvemos a empezar con las ideas alocadas de Meghan.-dije.

Esperamos unos minutos después y llegaron Aria y Edward.
- ¿Que es exactamente lo que haremos para quitar un barrote?- quiso saber Aria.
- Ya lo verás, esperen a Jake .- le indicó Meghan.
Justo fue decirlo para ver aparecer a Jake en la furgoneta de su padre, bajó apresuradamente y abrió el portón el maletero.
Nos asomamos intrigados.
- ¿Un soplete?- exclamó Edward.
- Exacto, y uno de los mejores. - apuntó Jake.
- Vaya...que... normal ¿No había otro método?- dijo Aria asombrada.
- No, es el más rápido, y el más efectivo.- resguardó Meghan.
- Claramente sabréis que yo no voy a ponerme a fundir un hierro.- advirtió Aria.
-¡Bah! Lo haré yo, apartaos.- dijo Jake.
Mantuvimos la distancia y Jake encendió el soplete. Una gran llama azulada salió disparada de la boquilla del aparato.
Aria se separó un poco más del resto.
-¡Es que no me fío!- exclamó al ver nuestras caras.
Apuntó la llama hacía el barrote de hierro y poco a poco iba adoptando un color rojizo. Un humo indicó que ya estaba listo.
-¿Quién quiere dar el golpe de gracia? -preguntó.
- Mecachis, yo misma.-dijo Meghan.
Con una fuerza inusual en ella arrancó el barrote dejando el hueco justo para pasar.
- Chicos, bienvenidos a la casa de Thalia.- dijo Jake sarcásticamente.
Entramos de uno en uno, un poco apretujados por los demás barrotes, pero entramos.
- Bueno ahora estaríamos en el fondo del bosque ¿No?- dijo Aria.
- Claro.- dijo Edward .- Y por allí debería estar... - señaló en línea recta.
-La casa del árbol de Thalia. - dije.
Avanzamos guiados por nuestros recuerdos de aquel lugar.
No paramos de caminar hasta tener a un palmo el tronco del gran árbol dónde estaba situado la casa de madera.
- Bueno... ¿Quién se atreve a subir?.- preguntó Aria.
-Todo esto me trae tantos recuerdos... Pero tengo miedo de lo que me podría encontrar arriba. - dijo Meghan.
Di un paso adelante y subí los peldaños que habían en el tronco. Cuando llegue a lo alto abrí la puerta y la luz se comió a la oscuridad de dentro.
Estaba irreconocible, todo estaba patas arriba, había cosas rotas por el suelo y cosas tiradas y desperdigadas por la habitación. Pero aparte de eso no había otra cosa que llamase la atención.
- Podeis subir - dije llamando a los demás.
- ¿Que ha pasado aquí?- preguntó Meghan con voz temblorosa.
- Son las cosas de Thalia. - dijo Aria con rabia.- ¿Por qué las han tirado de esta manera?.
- Parece que buscaban algo.- dije.- Y a la prisa. Se limitaron a tirarlo y romperlo todo para buscarlo.
- Pero... Verlas cosas así... De Thalía... Duele .- dijo Meghan con un hilo de voz.
Aria abrazó a Meghan.
- Vamos a la casa, aquí no hay mucho que ver.- dijo Edward.

Una vez atravesado el bosque Edward rompió con el puño el cristal de una ventana, la abrió y se metió por ella. Rato después nos abrió la puerta.
- Mirad, la casa no está tan tirada por los suelos y todavía hay algunas cosas.- dijo.
- ¿No la pusieron a la venta? - preguntó Meghan.
- Sí.- dijo Jake - pero dudo que alguien compre una mansión. ¿Cuánto valdrá?
- Déjense de preguntas sin respuesta y empezemos a registrar esto cuanto antes.- dijo inquieta Aria.
Instintivamente cada uno fue por un sitio diferente pero yo decidí subir la escalera de caracol.
Hacía mucho tiempo que no volvía a aquel pasillo lleno de habitaciones, pero ahora solo me interesaba una, la de Thalia.
Me desconcertó un poco que no estuvise la llamativa puerta negra de la habitación de Thalia, ya que todas habían sido cambiadas por puertas blancas, pero supe que la suya era la tercera habitación de la derecha.
Entré y estaba vacía, pero todavía estaba aquel graffiti que hizo en la pared. Lo miré todo, la sala de juegos, la terraza, pero no había nada. Entonces cogí algo del suelo que me llamó la atención.
Volvimos a reunirnos en la entrada y todos dijeron que no había nada de lo que sospechar y decidimos irnos por si acaso.

Una vez en el "café de Mary" aquella cafetería en la que solíamos quedar antes, analizamos todo.
La camarera y dueña del local, Mary, se nos acercó.
- ¡Hola chicos, cuánto tiempo!¿Que mosca os a picado para volver aquí?- preguntó la señora.
- Nada...- dijo Meghan- Hablando sobre un trabajo de historia.
- Bueno voy a preparar un chocolate, hoy invito yo.- dijo marchándose.
- ¿Os acordáis de Mary?- preguntó Aria sonriente.- Nos llamaba demonios.
Se rieron.
- Yo encontré esto en la habitación de Thalia .- dije.
Les mostré el collar con la insignia del ciervo que siempre llevaba con ella.
- ¿No es el collar que que nos dió en el juego " Espíritu Animal"?- preguntó Meghan.
- Es verdad, Thalia era un ciervo, Meghan un lobo, Jake un búho, Aria un cisne, Daniel un zorro y yo un oso.- dijo Edward .- Cada uno teníamos un collar con la insignia de ese animal.
- Oye...- dije.- Thalia guardaba ese juego en el ... Desván.
- El desván...- dijo Jake.
- No miramos en el desván.- susurró Meghan.