Siglo XVlll
- Lea sabes que debes detenerte, si lo matas todo comenzará de nuevo tienes que hacerlo recapacitar.
Voltee a mirar a Selene sintiendome impotente, sabía que había intentado numerable veces de hacerlo recapacitar pero ni siquiera aquel amor incondicional que él decía sentir por mi lo hizo cambiar aquella promesa que había hecho a su familia. Sabíamos desde un principio que haber iniciado una relación a escondidas de todos era una mala idea, pero nos amábamos, o eso me hizo creer.
- Selene... - susurré y solte un soplido de cansancio-, ya lo hice, no quiso detenerse, va a cumplir con la promesa y debemos detenerlo
- El aquelarre no va a confiar en ti de nuevo, te odian, dormiste con el enemigo.
Sentí como un escalofríos recorrió por mi cuerpo y recordé la voz aterradora de nuestra madre susurrando aquella maldición.
"- El viento soplará por décadas, pero tú volverás aquí una y otra vez, lo amarás de nuevo y cuando el te toque recordara todos los cometidos que debe cumplir, porque tú creaste esto, tu inrresponsabilidad alimento al enemigo. Ahora esta es tu maldición, llevar sus recuerdos, así lo mates una y otra vez. Ustedes volverán hasta que la verdad se demuestre y jamás sabrás cuál es"
- Lea...
Abrí mis ojos encontrándome con una Selene casi que desesperada, me miraba con ojos de preocupación, ella sabía cómo iba a terminar todo esto y yo también, a pesar de que sentía que era un día normal como otro, no lo era, hoy yo iba a morir.
- Selene, debe pasar, la profecía dice que él va a destruir el mundo pero no podemos permitirlo aunque no sea en esta década hay que detenerlo antes.
- Tu lo sabías desde un principio -susurro Selene con rencor-, pero preferiste amansarlo antes de...
- Nunca quise que todo llegará tan lejos, ninguno de los dos lo espero se supone que esto no debía pasar no está escrito en ningúna página, solo sucedió.
- Entonces... - Selene me mira y veo un destello de esperanza en sus ojos-, el futuro puede cambiar.
Sentí un toque de esperanza en mi, pero no podía detenerme ahora, lo que está escrito debe pasar hoy. Yo debo detenerlo. Noté como mis otras hermanas del aquelarre se acercaban a mi con rapidez. Una de ellas Clarie, levanto una espada y la acerco a mi, me sorprendí por el detalle...
- Creí que mi otro castigo era entrar a la batalla sin arma -comente mirando la espada incrédula.
- Es suficiente castigo lo que está por venir, siempre serás nuestra hermana Lea pero este es tu destino y no podemos contra ello.
Trague en seco y tome la espada para salir de allí sin siquiera decir un adiós, camine sintiendo las lágrimas en mis ojos y como se deslizaban en mis mejillas. Antes de que todo esto sucediera era feliz, una mujer que amaba la vida, la magia, a su aquelarre, pero había algo que nunca había experimentado; el amor hacia una alma gemela y si él es mi alma gemela jamás pensé que iba a condenarme de esta forma.
Salí del castillo adentrándome en el bosque sintiendo los pasos de las otras hermanas aunque estaban más apartadas de mi lo estaban suficiente para estar atentas al enemigo, entramos en aquel campo vacío lleno de tierra y un poco de césped seco, el enemigo estaba acabando con todo y con estas tierras. Sentí el olor a leña quemada y el olor a él, estaban cerca.
- Lea, debes dejarnos avanzar entreganos el libro y no te haremos daño.
Levanté mi vista encontrándome con una mujer de cabello castaño y ojos color azul rey que brillaban apesar que aún estábamos de día, el cielo estaba nublado y podía oír uno que otro trueno retumbando en el, todo está pasando tal como debe pasar.
- Jamás... - respondí con voz firme y levanté mi menton haciendo que mis pies se levantarán del suelo y levitaran, ella me miró con terror y se alejó haciendo que un grupo grande de hombres y mujeres se acercarán, todos ellos con ojos igual a las de ella. Levite en el aire acercándome a ellos lentamente y miré al fondo como él me miraba entre la oscuridad de los árboles, sus ojos azules brillaban con más intensidad, con enojo. Sabía que jamás me iba a perdonar lo que hice, no cuando lo traicione a él también.
- Lea... - susurro mi nombre entre sus labios con un tono que hizo que su voz saliera ronca y resaltando en ella su enojo.
- Oliver - Murmuré observándolo mejor mientras salía y desfundaba su espada mientras comenzaba a correr.
Todos sus acompañantes gruñeron creando un estruendo en mi pecho, comenzando a la vez a mostrar sus filosas garras y dientes dispuestos a masacrarnos. Desfunde mi espada y me dirigí con rapidez hasta Oliver creando una batalla con nuestras espadas.
- Oliver - murmuré entre dientes-, no me hagas hacer esto por favor.
- Debe pasar, te dije que había hecho una promesa y nuestras promesas no se quiebran -Respondio con voz gruesa, sentí miedo hasta en mis huesos, él no se detendría.
- No me amas - dije dándome vuelta y chocando con fuerza mi espada la suya y él mantuvo su mirada fija con la mía.
- Yo... - repondio-, lo siento
Soltó un gruñido y se abalanzó hasta mi. Cerré mis ojos tratando de recuperar ese recuerdo, mi ultimo recuerdo habia sido el de sus labios contra los míos jurando que siempre me amaría, él antes me lo había dicho, ¿acaso no era verdad?. Intenté solo recordar aquello cuando todo era mas fácil, cuando el odio no lo habia cubierto por completo. Y entonces empuñe mi espada con fuerza y la alce hasta él, sentí como traspase su carne y al mismo tiempo como algo punzante traspaso mi espalda haciéndome jadear. Abrí mis ojos encontrándome con los suyos y me miraron en silencio, note como las lágrimas salían de sus ojos y como la sangre se esparcía por sus labios. Caí al mismo instante que su cuerpo y cuando mis ojos se cerraron sentí un poco de paz dentro de mi al saber que lo último que vi habían sido los suyos.
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No toques mi Alma
Science FictionHace una década la tierra casi es destruida por seres con fuerza sobrenatural. Pero fue salvada por nosotros los que llamabas rebeldes, nosotros sabíamos que los humanos no eran la destrucción y que la tierra era un mundo maravilloso. Pero no todo t...