- ¡No lo puedo creer! - exclamó Marie echándose aire con la mano.
- ¿Que? - pregunté mientras me colocaba el rímel en mis pestañas.
- Mitch viene por nosotras - respondió con una sonrisa y yo arrugue mi frente extrañada.
- Vaya, viene por nosotras, tanto le gustas para juntarse con la plebe.
- ¡Ay ya cállate! - dijo Marie y yo solté una risa-, viene por nosotras en 20 minutos así que comienza a arreglarte más rápido.
- Si, si claro - respondí mientras terminaba de maquillarme.
Marie corría de un lado a otro mientras se terminaba de arreglar, yo ya había terminado así que me puse a ver mi teléfono mientras soltaba un bufido, Mitch ya estaba por llegar y ella aún no está lista. Decidí revisar mi WhatsApp y observé una vez más la foto, sentí ese escalofríos familiar y luego bloqueé mi celular para dejar de hacerlo, realmente no comprendía que familiaridad tenía ese chico y porque no podía dejar de mirarlo.
- Mira Clara, Mitch acaba de escribir. ¡Oh por dios está abajo y no estoy lista! Ve a atenderlo, bajo en un segundo, lo juro.
- Marie, no puede ser, la fiesta va a terminar y tú no estás lista.
- ¡Un segundo te dije!
Solté un bufido tan ruidoso que parecía pataleta, tomé mi pequeño bolso y metí mi teléfono adentro, salí del apartamento de Marie y tomé el ascensor hasta la recepción, allí se encontraba Mitch parado frente a la puerta con su teléfono en la mano, se veía realmente elegante con un traje color negro hecho a su medida, tenía unos anillos brillantes en su dedo índice y anular y su cabello estaba peinado de lado. Era todo un empresario pero detrás de toda esa elegancia había un jefe realmente agradable, una persona humilde y por lo que veo bastante enamorado de mi amiga.
- Hey Mitch, ¿trabajando a esta hora?
Mitch volteo a mirarme y soltó una carcajada.
- Me conoces Clara, debo hacerlo, aunque cuando baje Marie no me enfocaré en eso. Por cierto, ¿dónde está?
- Pues pensé que yo me tardaba mucho arreglándome, pero ella me gano
- Pensé que eras mi mejor amiga, hablando a mis espaldas.
Mitch y yo soltamos una risa, volteamos a verla y se veía bastante hermosa. A Mitch le brillaron los ojos y se acercó a ella para besarle la mejilla, Marie se puso roja como un tomate y yo no pude evitar soltar una risa.
- ¿Nos vamos tortolitos? -les pregunte levantando mi ceja.
- Ay, ya déjalo -se quejo Marie pasando a mi lado, dejando a Mitch detrás, este se echó una carcajada mirándome
- ¿no te parece raro todo esto? -me pregunto y yo pasé mi mano por mi boca y la selle con un cierre imaginario, haciendo el gesto que cerraba con llave y la botaba.
- Si no te parece raro, pues andando
Los dos soltamos una risa y nos dirigimos a su camioneta, Marie subió de copiloto y yo me senté en el asiento de atrás. Nunca había subido a la camioneta de Mitch, nunca fue necesario, y estar sentada en su auto ahora era tan extraño que no sabía ni cómo acomodarme. Solo observaba a Marie y a Mitch reír conquetamente de tal vez palabras cursis que se decían y yo para aligerar el ambiente me metí en mi celular revisando mi Instagram. Sentí como luego de media hora la camioneta se apagaba. Marie voltea a verme emocionada luego de que Mitch bajará del auto. Mitch abrió mi puerta y luego la de Marie, todo un caballero. Me baje como pude de la camioneta y observé la gran entrada del hotel Cambridge. Lo volveré a decir, jamás he venido a un lugar como este. Me sentía como una niña pequeña que visitaba por primera vez el museo, deseosa por conocer a los animalitos disecados. Pero no creo que estos animalitos sean agradables. No creo que todos sean Mitch.
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No toques mi Alma
Science FictionHace una década la tierra casi es destruida por seres con fuerza sobrenatural. Pero fue salvada por nosotros los que llamabas rebeldes, nosotros sabíamos que los humanos no eran la destrucción y que la tierra era un mundo maravilloso. Pero no todo t...