DEPRESION

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La depresión es como una pequeña persona viviendo dentro de ti que solo aparece cuando algo medianamente bueno aparece en tu vida, por ejemplo un buen día en el trabajo, estas feliz porque te fue bien, pero, en eso llega de la nada una voz que te dice que no importa el buen día cuando al final a nadie le importo felicitarte o ese buen día no borra lo miserable que has trabajado antes. Cuando estas con amigos y te la estás pasando bien, ruegas porque esa vez no aparezca a echarlo a perder todo, adivina que, aparece, y te dice que ellos no son tus amigos porque si así fuera fulanita no habría dicho de ti lo que sutanita te contó y te empieza a decir tantas cosas falsas que solo te queda sonreír forzadamente mientras internamente lloras o gritas de desesperación.

La depresión es ese monstruo de mil cabezas que por más que peleas y cortas su cabeza siempre le salen más y cada una es peor que la otra, esas voces te hablan, te gritan, hacen todo lo posible por callar las voces del exterior, hacen que te encierres en un mundo tan oscuro que salir parece imposible, por más que intentas, luchar o gritar, es imposible, terminas cediendo a la total oscuridad en la que te tiene sumergida, y entonces, ella te obliga a ser una parte de quien no eres, sonreír y hacer reír por cualquier estupidez, hablar algo divertido solo para hacer feliz a otros; mientras por dentro tu ser esta secuestrado y amordazado por ese monstruo por esa bestia que no es nadie más que tu, tu lado más psicótico saliendo a la superficie, tu diciéndote a ti misma que eres un fiasco, burlándose porque nadie te entiende, pateando tu cerebro cada que intenta reaccionar y pedir ayuda.

Sabes que nunca podrás salir de ahí, sabes que solo hay una forma de terminar con los monstruos, las voces, el odio interno, pero entonces llega el sentimiento de culpa, ese que te hace decir, que será de mi familia, de mis amigos, si es que tuve, que será de los que tendrán que encontrarme y entonces, cobardemente desistes de la única idea que te ayudaría a ser libre y después de eso decides convivir con las voces haciendo un pacto, en cuando exista la más mínima posibilidad de librarme de ellas la usaré, no importando el método lo hare.

Y así he convivido los últimos 15 años de mi vida con una persona dentro de mi que cada día se esmera en decirme que no valgo la pena, que soy un fiasco y que jamás seré capaz de encontrar a nadie, porque al final todos saben la clase mierda que soy.

Cuando puedo callarla suelen ser momentos de total gozo y tranquilidad los cuales nunca duran más allá de 1 o 2 semanas.

Así disfruto lo que tengo, lo que soy y lo que me toco, esperando la oportunidad de tener el valor para decir ¡hasta aquí!

Ideas InconexasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora