VI.

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   Aunque cerrara sus ojos los volvería a abrir, el sueño no lo visitaba aquella noche; se movió sobre la cama múltiples veces desparramando las sábanas, pero aún así; no lograba dormir.

-Oh no...- suspiró abrazando una almohada, volteó por completo su cuerpo quedando de frente a la cama de su compañero quien respiraba calmo y dormía apacible.

   El castaño se puso de pie y posó sus manos en su cintura, caminó en dirección a la ventana de la habitación y pasó allí unos buenos minutos, simplemente mirando el cielo y extrañando a su familia, una noche más sin ellos.

   Volvió a su cama pero de camino terminó tropezando con las cobijas que el rubio había dejado caer, maldijo en silencio y volvió a ponerse de pie, sujetó las cobijas entre sus brazos y cubrió el delicado cuerpo del de ojos verdes que descansaba muy calmado; incluso en su rostro podía apreciarse una bella sonrisa de labios rojos.

   Joseph suspiró y luego de minutos observando a su contrario se sentó en el borde de su respectiva cama, el sueño aún no llamaba las puertas de sus ojos pero aún así haría un intento.

-¿Jojo?...- el mencionado dejó de jugar con sus manos y fijó su mirada en el rubio de ojos levemente hinchados por el sueño; adorable, fue lo primero que rondó en la cabeza de Joseph.

-Ése soy yo- sonrió el castaño abrazado a sus sábanas.

-¿Sigues sin poder dormir?- el joven Joestar asintió soltando un suspiro, ambos compartían miradas, era un gesto muy bonito, muchas personas decían que era posible ver a través de los ojos de la gente, Joseph disfrutaba viendo los de Caesar; él veía galaxias en ellos -ven- sonó muy firme, casi como una orden, a Joseph se le heló la sangre, no era capaz de interpretar aquello.

   El italiano palmeó el colchón y sonrió gentilmente.

-Duerme conmigo- dijo con la voz ronca por el sueño, el castaño simplemente se encogió de hombros y sin pensarlo mucho aceptó la propuesta de su compañero.

   Se metió bajo las cobijas ocupando el poco espacio que quedaba en la cama. Ambos se encontraban frente a frente, por un lado estaba el joven Joestar quien sonreía de oreja a oreja sin ser consciente del porqué y por el otro el joven Zeppeli quien veía con unos ojos penetrantes a su castaño.

  Minutos después el rubio volvió a quedarse dormido pero de una forma bastante...adorable, bueno, a Joseph tampoco le incomodaba. Le parecía sumamente lindo tener a Caesar Antonio Zeppeli en sus brazos.

-Gracias- dijo inconscientemente, ése gracias podría sonar muy sencillo pero vaya sentimientos escondía Joseph en aquella palabra.

•.¸♡ ɢᵒˡᵈᵉⁿ ᴇˣᵖᵉʳⁱᵉⁿᶜᵉ - ᶜᵉᵃʲᵒˢᵉ ♡¸.•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora