3. Está en los libros

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Mary quería decir que no quería oír nada de lo que Alyssa tuviera que decir y poner muchas objeciones lógicas, como "¿Y Dylan y Robbie?", pero se dejó guiar. Averiguaría cuál era su problema y luego llamaría al loquero si hacía falta para huir de todo aquello.

Alyssa había trasladado todos sus libros a una sala de estudio vacía de las pequeñas, privadas. Mary supuso que ser parte del cuerpo de bibliotecarios tenía sus ventajas.

—Siéntate y mira la imagen —le dijo, con voz tranquila. Mary le hizo caso, pero sólo miró de refilón el libro. No le hacía falta, recordaba ese sueño con claridad—. La has visto antes, ¿verdad?

—Sí.

—Has soñado con ese momento.

—¿Cómo lo sabes?

—¿También oías esa voz en tu sueño? —preguntó, ignorando la incredulidad de Mary.

—Sí, pero no era tan...

—Dolorosa. —terminó Alyssa. Mary asintió lentamente, como si hablar de ella fuera a invocarla de nuevo.

—Esos sueños son retazos de una historia que sucedió hace mucho tiempo, casi mil años. Fíjate.

Mary leyó con toda la atención de la que pudo hacer acopio el texto del libro: Supuestamente, cada vez que la princesa de Escocia y una guerrera de la corte del reino de Noruega se encontraban, acababa en batalla, pues pesaba una maldición sobre ellas, impuesta por la diosa Freya. Siempre que se acercaran, sería para causar un conflicto o que una de las dos entrara en batalla como consecuencia. Decía el libro que era porque las familias habían cometido un sacrilegio, y en una nota también destacaba que por ese motivo los dos reinos siempre estuvieron en pie de guerra por las colonizaciones vikingas en el ahora Reino Unido.

—Está mal, me dijo que era un castigo, y se refería a nosotras —replicó, aunque Mary no tenía mucha idea de historia. Luego miró a Alyssa y enrojeció por un instante. Vio a Ástrid en ella, y verla era recordar que... —. ¡Quiero decir...! No parecía que en el sueño fuera culpa de nadie más.

—También lo he notado. Por desgracia la historia, en general, jamás cuenta toda la verdad. Sólo decora lo que cree que resaltará durante eones. Esconde lo vergonzante, esperando que nunca nadie se acuerde de esa parte.

—Ya, muy filosófico, pero ¿qué hemos hecho nosotras? ¡Nada! Yo sólo soy una chica normal y corriente con su vida, que resulta que se parece a otra chica de hace ¿mil años? ¡Venga ya!

Entonces Alyssa sacó uno de esos libros enormes y viejos que había estado mirando antes, pero por otras páginas. En una de ellas, había un papel moderno con montones de nombres y líneas que aparentemente a Mary le resultaban un caos. La rubia empezó a señalar líneas que conectaban nombres en ese papel hasta que llegó a uno de los finales, y luego saltó al papel viejo del libro, parándose en un nombre que parecía nórdico.

—El abuelo de mi tatarabuelo sale en los registros del censo del reino de Noruega hace más de siglo y medio. Y mira esto.

Alyssa empezó a señalar nombres en varias páginas de esa lista, y giró el papel moderno en busca de los mismos. Señaló hombres y mujeres, uno tras otro, girando páginas hasta que se encontró en el inicio de la lista de ese libro. Podría haber señalado más de cuarenta nombres en total.

—Este nombre es del siglo catorce.

—Vaya, es impresionante. ¿Cuánto tiempo llevas investigando esto?

—Desde que tengo permiso. Hace años ya.

—Y supongo que me dirás que no es una coincidencia.

Mil años [Mérida x Ástrid - Brave/Cómo Entrenar a Tu Dragón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora