Taehyung 14 años. Invierno.
Taehyung estaba sentado, sólo, en la esquina de su aula, aún en octavo grado y con catorce años no había desarrollado ese carisma que la mayoría tenía, se lamentaba por dentro pues era diciembre y eso significaba, vacaciones.
Escuchaba una suave melodía de música clásica, mientras veía a todos hablar, se sentía aislado, el mes de la melancolía lo afectaba aún más.
Cerró sus ojos, despacio, concentrándose en la nada, tratando de despejar su mente, sintió un tirón del lado izquierdo de su oreja derecha.
—¿Qué escuchas?—. Taehyung giró su cabeza en dirección a la voz que lo llamaba.
—¿Música clásica, eh?, no soy fanático de ella—. El de cabello azabache regresó el auricular devuelta a la oreja de Taehyung, sin embargo éste se tensó ante el frío toque entre ambos cuerpos.
—¿No hablas?—. Taehyung no respondió, tal vez y el problema era suyo y no de los demás, debía dejar de culpar a los demás por el hecho de no tener amigos.
—¿Tú boina me gusta, dónde la compraste?—. El chico hizo un movimiento, llevando su mano hasta la boina de tela, de color rojo, un rojo muy vivo.
—¡No me la quites!, por favor—. Sus mejillas se sonrojaron al ver que el azabache hacía una mueca de sorpresa.
Él no podía estar más sorprendido ante el tono de voz del chico de la boina, sus voz era grave pero tenía un físico tan aniñado, el castaño era lindo, muy lindo, probablemente él no lo sabía.
—Eres muy lindo,¿sabes?—. Tocó la mejilla del contrario y Taehyung solo se mordió el labio ante tal gesto, con las mejillas color carmesí.
Sin embargo Taehyung negó.—No soy lindo, pero gracias—.
Se quedaron un momento viéndose, en donde nadie decía nada, apreciando el silencio que se estaba instalando, hasta que escucharon un carraspeo del lado de la puerta del salón.
Otro pelinegro se asomaba por la puerta, con los brazos cruzados y la ceja alzada.—Vámonos—.
—¿Tenemos que irnos ahora Yoongi Hyung?—.
—Ahora Jungkook—.
Taehyung no reconoció ninguno de los nombres que había escuchado, cabe decir que no conocía a nadie a excepción de sus maestros y el consejo estudiantil, pues lo habían solicitado, pidiéndole que entraría debido a sus calificaciones notorias y altas, sin embargo Taehyung se negó.
—Soy Jeon Jungkook, por cierto—. Taehyung asintió, aún serio, era obvio que ya había oído el nombre pero no dijo nada.
El timbre sonó alentando a los alumnos irse, todos en el aula empezaron a guardar sus cosas mientras charlaban en el proceso, pero Taehyung se quedó unos momentos más ahí, sin hacer nada.
—¿No guardarás tus cosas?—. Jungkook le preguntó, pues nadie querría quedarse más tiempo en las instalaciones donde prácticamente te hacen sufrir con exámenes y proyectos inútiles.
Taehyung negó nuevamente.
—Te esperaré entonces—. Taehyung le diría que no, que lo mejor era que se fuera para así el guardar sus cosas, sin embargo vió la mirada ansiosa por parte de Jungkook.
—Está bien—. Esperaron minutos más hasta que todos salieron, quedaron ellos dos, el amigo de Jungkook ya no estaba en la puerta, probablemente se había cansado de esperar.
Agarró sus cosas con calma, y con delicadeza empezó a guardar sus cosas, ante la atenta mirada de Jeon.
—¿Nos vamos?—. Habló Jungkook, una vez que el castaño tomó su mochila gris.
Éste solo asintió, feliz, tal vez y podría tener un amigo.
Pues no es el mejor comienzo, pero es algo jajsjajaj.