Capítulo 4

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Mía se levantó temprano para comenzar su día, estaba ansiosa por encontrar un empleo. Stapleton se destinó a su casa para ver cómo iba la remodelación. Vladimir despertó a su amada esposa con unos dulces besos matutinos.

- Vladimir: Buenos días Condesa.

- Kiara: Buenos días Conde ¿Qué pasa? Esta mañana te siento más romántico que de costumbre y eso significa algo.

- Vladimir: Uf ¿acaso no puedo adular a mi esposa? -Protestó besando su cuello.

- Kiara: Puedes, claro que puedes pero tu esposa soy yo, y yo sé lo que piensas así que dime, dime Conde ¿Qué ocurre?

- Vladimir: Okay, te lo diré pero después.- Dijo presionando las muñecas de Kiara con brutalidad.- Te deseo Kiara, siempre lo haré.- murmuró mientras sus besos bajaban por el regazo de Kiara.- Deseo tu dulce piel desesperadamente, no me la niegues Kiara, no me niegues mi deseo.

- Kiara: Jamás lo haría.- Dijo jadeando.- ¡Oh Vladimir! -Gimió mientras su Conde le arrancaba los botones de aquel camisón de seda.- ¡Dios, Vladimir! -Dijo jadeando más y más fuerte al mismo que le quitaba las pantaletas color crema con encaje que él mismo había escogido.

Vladimir no tuvo compasión con ella a la hora de atacar, su hombría estaba lista para ella mientras sus respiraciones se agitaban más y más. El pasar de los años no habían quitado el apetito del Conde por su esposa, prueba de ello era ese momento en el que ataco fuertemente. La Condesa gemía presionando con sus manos la espalda voluptuosa del Conde, al pasar los minutos un éxtasis los invadía, la intimidad humedecida de ella le indicó al Conde que Kiara aún seguía teniendo aquella dulzura que lo enamoró la primera vez.

Para cuando ya se habían regocijado juntos, Kiara lo miró fijamente cuando él soltó un suspiro. El Conde sabía que su esposa no se distraería y tarde o temprano tendría que decirle lo que realmente ocurría.

- Kiara: ¿Y bien? ¿Me lo dirás o no?

- Vladimir: Está bien mi amor, lo primero es... Esto no te va a gustar.

- Kiara: Déjate de preámbulos y dímelo.

- Vladimir: Olivia y mi tío están vivos. Han llegado a San Petersburgo.

- Kiara: ¿Qué? ¿Cómo?

- Vladimir: Stapleton recibió mensajes anónimos y una fotografía de nuestra hija, tienen que ser ellos dos, quizás es por venganza o...

- Kiara: ¿O qué? ¿Quieren hacerle daño a Mía? ¿Se la quieren llevar?

- Vladimir: No pueden, Mía ya tiene 22 años. Si hubiesen querido eso lo habrían hecho antes, creemos que es por venganza. Necesito que me hagas un favor, necesito que tú y los niños no salgan sin escolta, contrate seguridad extrema pero discreta para no asustar a las niñas. David ya lo sabe, nuestro hijo es muy astuto.

- Kiara: Por supuesto, es como su padre.- Comentó besándolo.- ¿Y qué hay de Mía?

- Vladimir. ¿Qué hay con ella? Ella tendrá escolta.

- Kiara: ¿Podrías pedirle a Stapleton que la acompañe? Creo que confío más en él, no sé por qué pero pienso que él la cuidaría mejor que nadie.

- Vladimir: No, yo sé lo que quieres. ¿Aún insistes en eso? ¿Quieres que él se enamore de Mía? Cielos Kiara, deja de insistir.- Señaló levantándose de la cama.

- Kiara: ¡Wow! Qué rápido se te olvidan las cosas. Claro que no es eso, bueno sí, pero solo quiero que él la trate más, así sabremos si ella lo olvidó o no y si él está interesado, nada más.

Fronteras de amor(segunda Historia De La Saga Caminos De Seduccion)(terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora