Potter le había lanzado un pergamino que lo invitaba a encontrarse con él ese día, suponía que para hablar.
De la carta.
Por su cabeza pasaron miles y miles de diferentes situaciones, ninguna positiva. Harry podía no haberle gustado lo que dijo, y lo atacaría, podría haberle hecho gracia y lo burlaría por el resto de la vida, podría haberle parecido asqueroso, podría haberle parecido extraño, podría haberle parecido miles de cosas que Draco no paraba de maquinar.
No quiso ir, no iba a ir. Sabía que no era nada bueno. Si hubiese sido algo bueno, se le hubiese acercado antes, y le hubiese puesto algo más explícito.
Caminó por los pasillos muy rápido, con varios libros entre los brazos y la cabeza baja, ocultando la marca tenebrosa, aunque ya todos supieran que la tenía.
Chocó contra Harry, inoportunamente. Se le cruzó por la cabeza que lo chocó a propósito. Lo miró a los ojos y volvió a bajar la mirada. Trató de soltarse, pero Potter lo había agarrado por los hombros para que no se vaya.
—¿Vas a ir?— le preguntó con ilusión.
—¿Por qué tendría que ir?
—Tenemos que hablar.
—No veo por qué tengamos que hablar.
Potter rodó los ojos, y Draco se zafó, aprovechando para irse a su siguiente clase.
De todos modos, ir a las clases iba a ser una pérdida total. Él no tenía el menor interés en lo que le pudieran enseñar en cuanto Harry estuviera esperándolo en el lago esa misma noche. Dudó entre si realmente iba a ir, pero sintió que no valía la pena perder un par de dientes, o la dignidad, o lo que fuese. Igualmente no tenía más de la segunda.
—¡Malfoy!— el profesor le llamó la atención.
—Señor— respondió desganado.
—¿Qué es lo que hay en la ventana que tanto le interesa, aún más que mi clase?
Draco no pudo evitar pensar muchas cosas, pero se ruborizó al darse cuenta de que realmente estaba viendo a Harry entrenar para el Quidditch, como siempre solía hacer.
—Nada.
El profesor lo miró extrañado, y, por ser de Gryffindor aprovechó para quitarle cinco puntos.
Las horas pasaban, y se acercaba el momento de la invitación. Ya a las ocho treinta, Draco estaba tumbado en el sillón de la sala común de Slytherin, tanteando con la varita, practicando hechizos no verbales.
No iba a ir.
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La carta de disculpas (drarry)
FanfictionEn el último año de Hogwarts, Draco decide escribirle una carta a Harry para explicarle todo lo que había sucedido. Una vez que llega en manos del cuatro ojos, no hay vuelta atrás. ¿Qué responderá Harry, víctima de su acoso durante seis años enteros...