Segunda fractura

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Una vez que Ichiji terminó de contar el origen de la mayor herida — aún abierta— que había recibido su corazón, un espeso silencio inundó el cuarto.

Por parte de uno, que no sabía qué decir.
Por parte de otro, que no sabía si habría sido mejor callar.

Ninguno de los dos se miraba a los ojos, no lo habían hecho en todo lo que había durado el relato del mayor, pero sabían que, si lo hacían, uno iba a matar al otro, y el otro iba a dejarse matar; porque, aunque no hablaban, ambos coincidían en que aquella historia no tenía buen final y era una gilipollez seguir escribiéndola, capítulo tras capítulo, llenando sus páginas de mierda, dolor y desengaño.

–Ichiji....- murmuró el rubio, cansado de tanto silencio, de tanto callarse, de tanto aguantar las ganas de hacer explotar el mecanismo de aquella caja llena de palabras sinceras pero amargas, llena de asquerosa realidad; y es que la verdad tenía que salir ahora o nunca.
–No me vengas con tu mierda compasiva, Sanji. No la necesito.- gruñó el pelirrojo, sentándose mejor en la cama para mirar hacia la pared.
–No iba a ser compasivo contigo. Solo iba a decirte que estás total y absolutamente jodido.- soltó el menor, como un pequeño resquicio de todo lo que iba a salir disparada por aquella boca que tantas veces había tenido que morderse la lengua para no reventar de una vez.
Era lo malo de aceptar compartir la carga con otras personas más jodidas que tú.
–¿Disculpa?- preguntó Ichiji, asombrado, mirando (ahora sí) a Sanji de forma directa.
–Ni disculpo ni disculpas. Te estoy diciendo la verdad: estás muy jodido. Y no solo porque te estás metiendo en una relación matrimonial medianamente estable (exceptuando el ámbito sexual) que ya de por sí es malo... Si no que te estás metiendo en la relación matrimonial de un empresario y una modista mundialmente famosos. ¿Sabes la magnitud que tiene eso?
–Claro que sí...
–No, me parece a mí que no.
–Pero, ¿a qué coño viene todo esto, Sanji?- preguntó Ichiji, molesto, frunciendo el ceño.
–Me has contado tu historia y te estoy dando mi opinión- contestó el rubio, acercándose y sentándose, con las piernas recogidas, en la cama–. Mira, sé perfectamente que no soy el indicado para hacer esto, teniendo en cuenta el historial que tengo a mi espalda y del que tú estás al tanto, pero quiero asegurarme de que estás haciendo lo correcto, Ichiji. Estás tan cegado por el Charlotte y el camino que te ha abierto el estar con él, que has hecho oídos sordos a los peligros que conlleva.
»Pero, Ichiji, créeme cuando te digo, que Katakuri no es el mayor de los problemas aquí. Porque, ¿qué pasará si la mujer os pilla? Y, antes de que digas nada, sé que vais con las mayores de las precauciones, pero siempre existen fallos, pequeños, o grandes, errores, incluso en los planes más perfectos.... así que, yo que tú, tendría siempre en cuenta la posibilidad de que la señorita Stussy os pueda pillar, y, teniendo eso en cuenta, pregúntate: ¿Crees que, llegados a esa situación, Katakuri te defenderá? ¿Crees que asumirá su parte de culpa? ¿Crees que le importas lo suficiente? Porque déjame decirte que mi instinto me dice que, si Stussy llega a pillaros, toda la mierda y la culpa caerá sobre ti, hermano. Y mi instinto no falla.
Ichiji agachó la cabeza, reacio a darle la más absoluta de las razones — porque, quisiera o no, Sanji la tenía—, y apretó los puños, enfurecido.

Con la verdad que se había negado a ver.
Consigo mismo, por ser tan gilipollas.
Y con Charlotte Katakuri por aparecer en su maldita vida, haciéndose el héroe, para después hundirlo en la más profunda mierda.

–¿Y qué demonios quieres que haga, eh, Sanji?- gruñó apretando los dientes, frustrado, cansado y herido. Pero todas estas sensaciones parecieron difuminarse cuando el nombrado colocó una mano en su hombro, haciendo que, por primera vez desde que Ichiji había terminado de contar su maldita historia, ambos hermanos se miraran a los ojos, entremezclando esos orbes azules, tan iguales y, al mismo tiempo, tan diferentes.

Diferentes historias, con diferentes estrategias, y diferentes batallas con diferentes resultados.

–Tienes que averiguar por ti mismo si vale la pena correr el riesgo con tal de poder estar con Katakuri.

Las palabras de Sanji lo persiguieron incluso cuando éste se fue a su propia casa e, incluso, cuando fue a la universidad al día siguiente

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Las palabras de Sanji lo persiguieron incluso cuando éste se fue a su propia casa e, incluso, cuando fue a la universidad al día siguiente.
Pero, por mucho que le jodiera, no podía quitarle la razón que, por peso, tenía. Pues, ¿realmente Katakuri merecía todo por lo que estaba pasando su corazón en esos instantes? Solo era un hombre más, un pez entre tantos otros de aquel inmenso mar.
¿Por qué tenía que sufrir por alguien así?

No tenía sentido, ¿verdad?

La próxima vez, terminaré con toda esta mierda, aunque mi corazón sufra para los restos de lo que me quede de vida. Es lo mejor”, pensó, mientras salía de clase, rumbo al jardín para el descanso.
Pero a Ichiji le quedaba mucho por aprender todavía, como por ejemplo, que cualquiera que se ata a un destino, ya depende de él, escoja las decisiones que escoja.

Y esta vez no iba a ser distinta, y así lo comprobó Ichiji cuando, nada más sentarse en la hierba, su móvil empezó a vibrar en su bolsillo, con una llamada entrante.
Él, aguantando la manzana que traía con la boca, sacó su teléfono, observando el contacto que le estaba interrumpiendo su descanso; no obstante, al ver el nombre del susodicho contacto, la manzana cayó estrepitosamente en la hierba cuando el pelirrojo abrió la boca por la sorpresa.
–¿Katakuri?- susurró, tan bajito que casi ni se escuchó a él mismo.

¿Realmente todo iba a ser tan fácil como parecía en un principio?









Actualización! Lo prometido es deuda, aunque dije que actualizaría ayer

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Actualización! Lo prometido es deuda, aunque dije que actualizaría ayer. Da igual. Más vale tarde que nunca, ¿o no?

En fin, es un poco cortito, pero ya me conocéis, cuando la inspiración viene a rachas es mejor escribir poco que escribir mal.
Tengo que agradecer a AcidRain9 gigicake2141 y a Stony6, entre muchas más, por esperarme y alentarme a seguir está historia que, por cierto, hablando de ella, estoy pensando en hacerla de pocos capítulos, quizás cinco o quizás diez, no lo sé aún.

¿Cómo lo veis?

Y eso es todo, de momento, claro.

¡Nos vemos!

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