Enamorada de mi mejor amiga. Warmi [Novela adaptada]

Capitulo 2

Salió de la escuela después de un día agotador. La profesora de Química le había regañado varias veces. Casi nunca sucedía pero hoy tenía mucho sueño y no podía prestar atención a su explicación. Y también a causa del sueño se había quedado sin desayunar. Tenía el bocadillo en la mano y se había quedado embobada mirando a un árbol. Entonces un balón le golpeó en la pierna y del susto se le cayó al suelo. Con la mala suerte de que, como había llovido, aterrizo en un pequeño charco de agua.

Espero a Mimi fuera, como siempre. Mientras pasaban los estudiantes, Ana miró a Miguel, el chico nuevo que llevaba dos semanas en la escuela. Le encantaba. Su cabello oscuro y rizado, sus ojos y esa personalidad misteriosa, le fascinaba. El muchacho se dio la vuelta y se encontró con sus ojos, le sonrió y ella le correspondió la sonrisa. Miguel siguió su camino mientras Ana se quedaba en las nubes.

-Tierra llamando a Ana -la voz de Mimi la sobresaltó- Estás en otro mundo, ¿algún chico? -bromeo Mimi, aunque claramente no quería escuchar un sí de la boca de su amiga.

-Miguel... -susurró Ana- me acaba de sonreír -Dijo ilusionada.

-¿Miguel, el chico nuevo? -preguntó Mimi.

-El mismo -Dijo Ana con una sonrisa que se le salía de la cara.

-Me toca biología con él, es callado -observó Mimo- quizás esconde algo.

-¡Mimi por dios! No digas tonterías. No lo conoces.

-Si que lo conozco, ya te he dicho que hago biología con él.

-A claro y ya con eso sabes de que color lleva los calcetines, ¿no? -dijo Ana poniendo los ojos en blanco.

-Pues sí, eran blancos Ana y con dibujos de dinosaurios. Muy atractivos por cierto -Dijo Mimi riéndose.

-Dios mío, dame paciencia. No sé ni como te aguanto -dijo Ana suspirando.

-Bueno escuchame. Tengo que contarte una cosa.

-Ya estas tardando amiga -dijo Ana mirándola con atención.

-Hice una apuesta con Miriam, debo tirarme a Alba -dijo orgullosa.

-¿Qué tú qué?- preguntó Ana abriendo los ojos con sorpresa tal y como Mimi había predicho.

- Pues eso, que debo tirármela o sino Miriam se queda con mi maquillaje y mi micrófono.

- No tienes remedio Mimi.

-Tengo que disfrutar y cubrir mis necesidades.

-¿Disfrutar? ¿cubrir necesidades? No me hagas reír, esas "necesidades" pueden esperar -dijo Ana girando la cara.

-Solo porqué tú no lo hayas probado, no quiere decir que los demás no tengamos esa necesidad -contraatacó Mimi.

-No tiene nada que ver con que yo sea virgen. La gente normal de nuestra edad no se pasa los días encerradas en la habitación cubriendo necesidades -dijo Ana enfatizando las últimas dos palabras.- Pero haz lo que quieras Mimi, cuando quieras dejar de tener todas las noches una chica diferente en tu cama y quieras tener a la misma chica para siempre no podrás hacerlo. Yo ya te he advertido.

-¿Y por qué no? -preguntó Mimi desafiante.

-Porque esa chica que quiera quererte, que quiera amarte no será como las demás que te habrás tirado. Se tomará las cosas en serio y sabiendo tu pasado ten por seguro que nunca la encontrarás -dijo Ana fríamente.

Cuando Ana dijo eso, Mimi sintió un extraño malestar en el pecho. Si tan solo supiera que a quién quiere es a ella. Y fue justo en ese momento dónde se dio cuenta de que Ana nunca saldría con ella, que nunca la querría como ella la quiere.

Después de las últimas palabras se hizo un silencia un tanto incómodo y fue esta misma quién lo rompió.

-Por cierto, hoy mis padres no estás y mi hermana se ha ido con sus amigos, ¿quieres venirte a casa y vemos una película?

Mimi se lo pensó. Por un lado quería estar con ella pero por otro lado... se sentía un poco herida.

-Quizás mañana Ana -dijo Mimi dando un largo suspiro -tengo que estudiar.

-Esta bien, pues nos vemos mañana y por favor, puntualidad.

-Sí, Ana. Hasta mañana -se acercó y le dio un beso en la mejilla. Este era gesto que hacían todos los días pero que para Mimi significaba mucho.

Mimi entró en casa. Saludó a su madre y se fue a su habitación. Se tiró en la cama y reflexionó sobre la última conversación con Ana. Ana estaba exagerando, tenía que mantener su fachada de picaflor. Solo de esta forma nadie se enteraría de nada.

Al cabo del rato, se sentó y miró su teléfono. De fondo de pantalla tenía una foto con Ana, sonriendo, en sus vacaciones pasadas. Ella, siempre simple, con su pelo liso por el agua, su sonrisa, sus labios... esos labios que siempre había querido besar.

¿Qué dirían todos si supieran que estaba enamorado de ella?

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Seguiré un poco más. Si veo que no os gusta dejaré de escribirla <3

Siento que el capitulo sea tan largo, intentaré que el próximo sea más corto.