Kagome necesitaba comenzar a trabajar para mantener a la familia Higurashi, después de tener problemas económicos, cambiando hacía el Instituto Seika, en donde conocerá a Misaki la joven que la ayudará en lo que pueda. Pero también conocerá a cierto...
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En los pasillos del Instituto Seika caminaba una joven azabache que causaba temor a la mayoría de los estudiantes por su característica actitud ruda. Ella era Ayuzawa Misaki única mujer que a logrado controlar a todos aquellos chicos que causaban problemas dentro del Instituto.
Las miradas pesada de la mayoría de los estudiantes que traspasaban a la chica que solamente caminaba por los pasillos le resultaba ciertamente incómodo, la terribles ganas de gritar a todos aquellos que la miraban de es a manera eran casi incontrolables, no obstante se sintió aliviada en el momento que visualizó a la lejanía el Consejo estudiantil.
Ingresando a su interior fue recibida por un golpe que solo provocó una lluvia de papeles que comenzaban a descender encima de una figura masculina que se encontraba sentado en el suelo recogiendo con suma rapidez y nerviosismo esos informes.
— ka-kaichou lamento haber tropezado con usted — con la cabeza baja realmente tenía miedo de que ella le dijiera algo que provocara que llorara enfrente de todos.
— No es nada ¿Que pasa? Saliste tan rápido del Consejo — acomodando su asiento mirando de reojo a todos sus compañeros dentro de aquella aula.
— llegaron unos papales de traslado - aquella simple palabra logró que la curiosidad de la líder se instalará con rapidez.
Yukimura extendio con la mano tembladiza aquellos papeles, leyendo con suma atención Misaki no lograba asumir que recibiria a alguien nuevo y que por casualidades del destino se instalaría en su aula.
— Higurashi Kagome. — observo la foto que traía consigo su hoja de informe.
No negaba que la chica tenía una apariencia de ser dulce, sus notas no eran malas a excepción de matemáticas, pero lo que llamó por completo su atención fue que en su contenido asumía que por constante enfermedades de carácter desconocido impedía realizar sus estudios con normalidad por lo cual decidió en su segundo semestre hacer un traslado a otra residencia.
— Por lo menos es una chica — susurro guardando en su carpeta aquella hoja con una leve sonrisa plasmada en su rostro.
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Me encontraba desesperada en esos instantes decidiendo sentarme en una banca en aquel parque, revolvi mi cabello con mucha frustración ¿qué voy a hacer? No puedo dejar a mi familia en estos instantes desamparada.
Volví a leer los papeles en mis manos, no tenía nada malo mi currículum, era excelente con anterioridad había cuidado a niños, el postulante para ser niñera era una opción sencilla ,no obstante las vacantes estaban se encontraban llenas.
