Eso llamado destino [Draco Malfoy]

•Capitulo 1 [Albus Dumbledore]

Cogí la capa de invisibilidad de James Potter y entré al expreso de Hogwarts de icógnito. Se me hizo la boca agua al ver a un grupito de hermosas estudiantes de segundo... CÉNTRATE ALBUS. Recuerda cuál es tu misión.

Comprar ranas de chocolate (actualmente, tengo 726291763816390377659 cromos de mí mismo).

Caminé por el tren meditando sobre el contínuo espacio tiempo mágico (y leyendo Playboy, mi revista muggle preferida por excelencia).

La verdad, es una lástima que si alguna vez escriben un libro sobre mí llamado por ejemplo "Vida y mentiras de Albus Dumbledore" (o qué se yo, una saga de siete libros y ocho películas en la que soy el mentor barbudo de un niño con gafas y una cicatriz) nunca vaya a salir nada sobre mi vida sentimental y mi oscuro lado pederasta.

Ni Rita Skeeter averiguará jamás que fui yo quien hechicé a esas cabras (echarle la culpa a Aberforth funcionó perfectamente).

Decidí sentarme en el vagón n. 23 (el vagón donde pasé la mejor noche de mi vida junto a Lily Evans, qué tiempos aquellos) a esperar el carrito de las chuches.

Pero ya estaba ocupado por un chico rubio extremadamente sexy (CONTROL ALBUS) y una chica pálida de ojos azules.

Miles de pensamientos retorcidos y oscuros cruzaron por mi cabeza, pero me senté tranquilamente (con la capa aún puesta) en uno de los asientos vacíos.

Entonces, la capa resbaló y aterrizó en el suelo. Supuse sábiamente que igual a mis compañeros de vagón no les habría hecho mucha gracia la aparición repentina de un viejo con cara de pederasta.

Así que intenté disimular para quedar bien. Me rasqué la barba, saqué unas agujas de punto y continué tejiendo mis nuevos calcetines rojos.

El rojo es el color favorito de Minerva. Seguro que le encantan los calcetines y caerá rendida a mis pies. Son extremadamente fabulosos.

-¿Queréis un caramelo de limón? Son deliciosos. -les digo interrumpiendo mi labor para desenvolver unos cuantos caramelos envueltos en papel amarillo brillante.