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En la tarde del martes, comenzó a llover.

Llevé mi mirada a la calle, observando la lluvia que caía y la que estaba pegada al cristal.

Observé una gota peculiar del lado de afuera en el vidrio transparente. Esta gota era gordita y resaltaba un poco más que el resto.

Observé su textura, y sin motivo alguno, una pregunta se cruzó por mi cabeza.

¿Cómo seran las lágrimas de Erick?

Sonará estúpido, pero siento que sus lágrimas son distintas al resto.

Pienso que deben ser diferentes a las mías, a las de Richard y a las de cualquier ser humano en el mundo.

Su mirada es tan profunda y transmite una gran variedad de sentimientos. Sus ojos de color verdes claros que por momentos son más oscuros, los ojos de un chico de piél canela, una sonrisa que podría iluminar hasta el día más gris, esos mismos ojos. Sus lágrimas deben ser como un reflejo del mismo paraíso, un reflejo de la misma tranquilidad.

Erick es como un reflejo del mar, transmite mucha tranquilidad el sonido y movimiento de las olas, pero a la vez te da miedo sumergirte en él por el riesgo de perderte y llegar muy profundo.

Así mismo es un reflejo del cielo, te agrada y fascina observarlo, perderte en su sonrisa, en sus lunares e incluso en su cabello, lo observas en sus distintos estados, triste, feliz, enojado, y cada uno de ellos puede llegar a hacerte sentir de una manera diferente. La calidez de un atardecer encajaría perfectamente con su tono de piel. La oscuridad de la noche es un momento perfecto para verlo sonreír e incluso escucharlo reír, esa tierna e incomparable risa. La claridad del día es maravillosa para observar detelladamente sus ojos, perderte en ellos y descubrír lo que hay más allá de ellos. La poca iluminación cuando está oscureciendo es un buén ángulo para observar cómo es naturalmente, distraído y sin preocupaciones, es un buén ángulo para analizar sus suaves manos y las distintas facciones de su rostro. Un amanecer concuerda con su manera de ser, tranquilo, amable, gentíl, travieso y también algo torpe.

Erick es como mí cielo, de alguna manera, siento que en donde sea que él este, se encuentra triste, eso me hacen sentír las gotas pegadas a mi ventana y las que caen a un mismo ritmo fuera de mi casa.

Al día siguiente llegué a clases temprano, Richard me felicitó por eso.

En el receso muy pocas personas estaban en el patio, este se encontraba un poco mojado por la lluvia de ayer en la tarde.

- ¿Por qué escribes notas antes de irnos? - preguntó mi amigo mientras se acercaba para leer el pequeño papel.

- Ey, no - la tomé y la alejé de su alcance - No puedes leerla.

- Bueno, da igual - se encogió de hombros - ¿Vas a venír a la fiesta de hoy?

- Veré luego que hago.

- Ok - se fué a su asiento y continué decorando la nota.

Salí al oír el timbre, caminé con tranquilidad hasta su casillero, pegué la nota y me alejé.

Erick llegó, tomó la nota y la leyó, sonrió para luego morder su labio inferior, agarró su mochila y salió con una sonrisa acompañada de un par de brincos.

Me reí confundido ante su manera de retirarse.

"Mientras observaba las
gotas caér en medio de la
fría lluvia, pensé que tú
estabas llorando. De cierta
manera tú eres mí cielo"

- Piel pálida.

The Notes || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora